martes, 13 de enero de 2015

Con Sergio Núñez, del grupo Sendas
RUMBO AL QUINTO DISCO

Hace veinte años, el 29 de setiembre de 1994, los solistas Sergio Núñez y Wilson González se pusieron de acuerdo para unir fuerzas y trayectoria y dar forma al dúo Sendas, que hoy se presenta como grupo, con Adrián Varela en teclados y Carlos Ferreira en batería y percusión. Comenzaron presentándose en el Festival de Durazno, tienen cuatro discos editados y en este momento van por el quinto. En su sonido puede reconocerse un estilo iniciado en nuestro país fundamentalmente por Maciegas, con una fuerte apoyatura de batería, aunque el primero en apostar a ese recurso en Uruguay fue Daniel Viglietti con su disco “Trópicos” y en Latinoamérica posiblemente Ángel Parra. Se definen fundamentalmente como intérpretes, ya que no cuentan con un gran caudal de canciones propias, aunque cada tema escogido es cuidadosamente adaptado a su estilo. Aquí el diálogo que mantuvimos con el comerciante Sergio Núñez.

—¿Qué empezaron haciendo hace veinte años, por qué se juntaron, quién les dio manija? 
—A los dos nos gusta el canto popular de raíz folklórica y arrancamos solos en el Festival de Durazno. Después nos gustó la idea de meter algún músico más, se formó una banda, y siempre vamos a los festivales como banda, pero el origen es el dúo Sendas.
—Nombrame un punto que destaques en la trayectoria de Sendas. 
—Los quince años, donde hicimos una grabación en vivo en el teatro Politeama. Siete días antes habíamos llenado la sala. También participamos en un festival que se hace a nivel universitario en Río Grande Do Sul, en el Festival Nacional del Arriero, en Paraguay, y hemos recorrido todos los festivales del país, menos Montevideo, hemos tocado muy poco en Montevideo, a excepción del Festival del Prado, donde vamos todos los años.
—Hay grupos que le cantan al amor, otros al paisaje, a la cuestión lugareña, grupos que protestan, ¿a qué le canta Sendas? 
—Nosotros tenemos una mezcla de todo eso. Si bien cantamos canciones de protesta, a quien le toque el turno, también tenemos canciones de amor y canciones donde metemos algo de humor, como es el caso de algunos textos de Abel Soria que hemos musicalizado, pero también tenemos otras canciones que hacen pensar a la gente.
—¿Cómo ha reaccionado la población local respecto de la obra de ustedes? 
—Muy bien, en la zona siempre nos apoyan, desde llenar un teatro Politeama en Canelones hasta estar en los beneficios. Nosotros de la gente tenemos todo el apoyo.
—Eso fue algo que me destacaron especialmente, el carácter solidario de Sendas. 
—Sí, eso siempre. Por ejemplo el 21 de setiembre estuvimos en Canelones en un beneficio para un chico de 16 años que tiene problemas de motricidad y no tiene recursos. Nos convocaron junto a otro grupo y fuimos. Es una causa que te mueve el piso y creo que nadie se puede negar a apoyarla.
—¿Cómo es la relación entre los músicos de la zona? 
—Es buena. Cada uno tiene su chacrita pero a grandes rasgos siempre la relación existe. 
—¿Cómo definirían la parte arreglística? ¿Tienen algo novedoso que pueda llamar la atención a quien los escucha o se manejan dentro de las formas clásicas del estilo? 
—Nosotros tenemos dúos que son referentes, como Larbanois-Carrero o Los Olimareños, pero no buscamos por ese lado. Sobre lo que preguntás por ejemplo hacemos “El ángel de la bicicleta” de León Gieco. No nos gusta hacer temas de otros dúos porque como el creador nunca los vamos a llegar a hacer. 
—¿A qué están abocados en este momento? 
—A ver si podemos terminar el quinto disco y ver cómo repercute en la gente. El propio público nos pregunta cuándo sale el disco, cuándo hay material nuevo, pero es costoso hacerlo y lleva su tiempo.
—En cada lugar hay ritmos propios, identitarios, que los caracterizan. ¿Existe alguna particularidad rítmica en Canelones que pueda llegar a distinguirse? 
—Sí, Canelones tiene la ranchera, y también la polca se toca mucho acá.
—¿De dónde vendrá esa particularidad de la ranchera? 
—Es música de los ranchos justamente, que se bailaba antes en los bailes de campaña, y acá en esta zona había muchos bailes en zonas rurales, de ahí quedó un poco, y para mí la ranchera es característica de esta zona.

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