sábado, 18 de octubre de 2014

Desde aquí se ve

LA PROXIMIDAD DEL PRÓJIMO


Los titulares del campo que ofrecen servicio de hotelería ganadera operan con dos firmas: Riton S. A. y Klarimar S. A., las dos a nombre de María Laura Bentancor Ledesma. La primera se establece en su tarjeta personal, que logramos obtener, y la segunda por confesión de parte en una carta publicada en Hoy Canelones. Todo el resto de la historia es demasiado conocida por los habitantes de Los Cerrillos como para detenernos en ella. Y con una u otra firma gestionan cuatro campos de similares características, uno en Florida, otro en Sauce, un tercero en Cuatro Piedras y, el que nos compete, a menos de un kilómetro de la zona urbana de esta localidad. Todos ellos están autorizados por el MGAP pero no así por la DINAMA. Por eso, a raíz de una denuncia presentada por varios vecinos de Los Cerrillos, la Dirección Nacional de Medio Ambiente realizó una inspección en ese predio el pasado 17 de setiembre y un día después Bentancor Ledesma recibió en su casa la visita de los técnicos municipales Mauricio Olivera y Fernando Di Pólito. En esa reunión Bentancor presentó la habilitación del Ministerio de Ganadería pero no así de Medio Ambiente, fundamentalmente porque no la posee. Y no la posee porque parece estar violando varias normativas exigidas por ese organismo gubernamental. Una de ellas es lo establecido en el artículo 9º del decreto 162/014, donde a partir del 4 de junio de este año se prohíbe el asentamiento de estos establecimientos a menos de cinco kilómetros de un centro poblado y alejados unos 200 metros de casas habitadas. Por este incumplimiento la DINAMA le dio un plazo que vence el próximo 4 de diciembre para regularizar la situación, lo cual parece al menos imposible ya que aún no existe ningún mecanismo conocido que pueda trasladar un campo entero a varios kilómetros del lugar donde se encuentra, estableciéndose además que tal emprendimiento debe realizarse a una distancia no menor a 500 metros de una ruta de alto tránsito, lo que también parecería difícil de resolver ya que el ingreso y egreso de los animales se realiza en el kilómetro 38.800 de la ruta nacional 36. Para continuar vale aclarar que la DINAMA califica esta modalidad de encierro vacuno como una práctica cuarentenaria, indicando también que no le corresponde la categoría de feedlot, ya que en Uruguay no existe ningún feedlot, como sí los hay en Europa y Estados Unidos, donde sólo se los alimenta en base a granos, en tanto que en nuestro país esa alimentación se complementa básicamente con pastura natural. O sea que lo que aquí se ofrece es un servicio de hotelería arrendado a terceros para que luego esos bovinos sean exportados en pie a Egipto con fines reproductivos. Lo que la DINAMA exige, entre otras muchas cosas, es que se respete ese distanciamiento de la población; pero también que se cumpla con un adecuado sistema de bebederos, ya que cada vaca consume entre 60 y 70 litros de agua por día; pero también que el piso del terreno reciba el correspondiente tratamiento para evitar que los animales se entierren en el barro; pero también que se tomen todas las precauciones necesarias para impedir que este sistema intensivo pueda llegar a contaminar el suelo por mal manejo en la disposición de los efluentes y del estiércol; pero también que no se contaminen las aguas superficiales por el escurrimiento de esos efluentes o las subterráneas por infiltración; pero también que se mitigue la proliferación de moscas y roedores y la degradación del paisaje; pero también que los habitantes no se vean afectados por la emanación de olores y polvo. Además Medio Ambiente señala que debe dársele una adecuada disposición final a esa cantidad importante de estiércol para que el agua al atravesar el terreno no se cargue de materia orgánica, fósfro, potasio y microorganismos patógenos, teniendo en cuenta que cada vaca excreta por día entre el 5 y el 6 por ciento de su peso. En definitiva, la DINAMA ya no sólo sugiere, sino que a partir de este año ordena, que deben mitigarse al máximo los efectos ambientales negativos, partiendo de tres puntos: la elección de la localización, el diseño de las instalaciones y la operación del establecimiento, instrumentando sistemas de captación, recolección, almacenamiento y tratamiento de efluentes; concretamente para el manejo del estiércol zonas de disposición, y en algunos casos para evitar que exista infiltración el piso de los corrales debe tener cierto proceso de impermeabilización, agregando arcilla si fuera necesario, aunque luego con el desarrollo de la actividad los propios animales con el pisoteo generan una capa impermeable compactada de estiércol-suelo. Así mismo, y esto lo aclaramos sobre todo para algunos vecinos que lo han considerado negativo, se afirma que las lomas construídas dentro de los corrales, donde habitualmente se apila y compacta el estiércol, favorecen el drenaje, pero que a la par se deberá crear un sistema de contención de efluentes a través de lagunas de almacenamiento. Pero además del de la DINAMA también existe otro decreto, el 178/010 del 7 de junio de 2010 del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca, donde se consigna que el predio deberá contar con corrales destinados a albergar animales enfermos y en recuperación, manteniéndolos aislados del resto, que el establecimiento debe tener un equipo de desinfección de vehículos y personas y un lugar cerrado que oficie de crematorio o enterramiento de cadáveres, lo cual impugnaría que los animales continúen siendo arrojados en los dos pozos existentes detrás de un cañaveral o quemados en medio del terreno, junto a todos los demás, como se nos ha manifestado. Este decreto del MGAP indica también que estos establecimientos deberán contar con un sistema de retiro periódico del estiércol que minimice la contaminación ambiental y preserve el bienestar animal y la salud pública. Todas estas son nuevas ordenanzas genéricas para este tipo de prácticas rurales, llámense ellas engorde a corral, cuarentenas o lo que comúnmente se conoce como feedlot, no solamente para el albergue transitorio de ganado vacuno como en Los Cerrillos. Como decíamos al comienzo el plazo de adecuación a las nuevas normas vence el próximo 4 de diciembre, y según se nos expresó extraoficialmente, si no se cumple con ellas se procederá a la clausura del predio, ya que además la habilitación cursada en 2004 por parte del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca estaría dirigida a otra actividad bastante diferente a la que se está llevando a cabo. Así dicen.


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