Con Eduardo Rodríguez, de Kolping
MENOS CÁRCEL Y MÁS ABRAZO
Uruguay aprobó en 2004 el Código de la Adolescencia, con el que se responsabiliza penalmente a los menores de 13 a 18 años, por lo que esa franja etaria ya sufre condena por sus delitos. La asociación católica Kolping está presente en Los Cerrillos desde 1997, trabaja fundamentalmente con niños y jóvenes y se ha posicionado a favor del no a la baja. Sabe de lo que habla. Este es el diálogo con Eduardo.
—Kolping se expidió a favor del no a la baja. ¿Por qué?
—El Equipo Nacional de Jóvenes Kolping desde principio de este año fue dialogando sobre el sí y el no, consultando en las bases, y en agosto elaboró un documento promulgándose a favor del no a la baja.
—¿Por qué no?
—Primero porque es ir en contra de los principios de Kolping, que como sacerdote apuntaba a atender las necesidades de la época y se encontraba con una población de jóvenes que producto de la revolución industrial no tenían trabajo, que tal vez se podían dedicar a robar porque no tenían otra salida. Entonces los agrupó, les enseñó un oficio y además compartían experiencias, en qué andaba cada uno, qué cosas les preocupaba o les gustaba.
—¿Creen que los gurises se podrían rehabilitar a través de un trabajo similar hoy y aquí?
—Sí, nosotros decimos menos cárcel y más abrazo. La sociedad carece de mucho afecto y estos jóvenes que ahora se intenta encarcelar son nada más que personas que carecen de ese afecto y de ese acompañamiento. Ya están condenados desde el momento que nacen, ¿qué más condena les quieren dar?
—¿O sea que la inseguridad es un problema sociofamiliar?
—Podría decirse que sí. Decir no a la baja no es desconocer que hay inseguridad, pero la mayoría de los delitos que se cometen en este país no son de mano de menores, y también responden a una lógica social donde muy pocos tienen mucho y muchos tienen muy poco.
—Es decir que también es un problema de desigualdad social.
—Es decir que también es un problema de desigualdad social.
—Sí, y es un problema que estigmatiza mucho a los jóvenes, porque incluso los que están a favor de bajar la edad de imputabilidad dicen que no son todos los jóvenes, son algunos, ¿a quiénes apunta eso?, a los más desfavorecidos. La lógica de las clases sociales hace que esta idea del robar no sea tan visible para las clases altas, porque el cometer un delito atiende a una necesidad.
—Real o ficticia.
—Sí, uno no roba porque quiere, uno roba porque tiene que atender a una necesidad real o ficticia, pero las necesidades materiales la gente de clase alta las tiene cubiertas. Lo que sí, hay que dejar de partidizar este problema social, porque a mí me da la sensación de que si vos no estás a favor de bajar la edad de imputabilidad sos de izquierda y que si le decís sí a la baja sos de derecha, y no es así. Hay un montón de gente de todos los partidos políticos que está trabajando por el no a la baja, como también gente de todos los partidos, también de izquierda, pensando en decirle sí a la baja. Este problema social no admite partidismos. Va mucho más allá de cualquier color partidario o religioso.
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