sábado, 13 de diciembre de 2014

Con Daniel Mazzeo, juez de Paz de Los Cerrillos
BASTANTE MÁS QUE ARROZ

A excepción de muy poquitos tristes casos todos alguna vez pasamos por un Juzgado de Paz, casándonos, divorciándonos, naciendo, muriendo, pero a pesar de ello no conocemos gran cosa de lo que sucede dentro de ese lugar tan recurrente, de sus competencias y de quienes están al frente del mismo. Por todo ello este diálogo con el doctor Daniel Mazzeo, nacido en Montevideo, que hasta el momento ha pasado por dos sedes judiciales: Fraile Muerto y Los Cerrillos, ciudades pequeñas y por eso Juzgados de Paz. De seis tipos: Departamentales de la capital, Departamentales del interior, de Ciudad, de 1ª y 2ª Categoría y Rurales, cuentan con la particularidad, a diferencia de todos los demás juzgados, que el juez a cargo no necesariamente debe ser abogado sino que con ser escribano alcanza. Pero a Los Cerrillos nos tocó un abogado constitucionalista, docente, que está culminando su especialización en relaciones internacionales, que se muestra inquieto con un micrófono delante, aunque franco y cordial en el diálogo.

—¿Cuáles son sus potestades como juez de Paz? 
—Tenemos dos grandes actividades como juez de Paz, la función jurisdiccional y otra función donde actuamos como oficiales del Registro de Estado Civil. En esta última función llevamos los libros de casamientos, defunciones, nacimientos, y en lo jurisdiccional todo lo perteneciente a las distintas materias dentro del monto de cuantía que nos corresponda -esto cambia a partir de enero de 2015- los juicios civiles que sean menores a 180 mil pesos se tramitan acá.
—¿Qué es un juicio civil? 
—Un juicio civil es un juicio por ejemplo de reclamo de daños y perjuicios de un accidente de tránsito. Si supera 180 mil pesos tiene que ir al Juzgado de Paz departamental. Un juicio laboral que sea actualmente menor a 81 mil pesos lo podemos resolver nosotros. Y después tenemos todo el tema de arrendamientos, desalojos, lanzamientos, que también le corresponde al Juzgado de Paz. Y luego lo que se llama la competencia de urgencia en los temas penales y en los temas de familia y violencia doméstica. Como somos el Juzgado de Paz de la ciudad, y es la autoridad judicial más cercana, nos constituimos en determinados casos para ir encausando la causa penal. 
—¿Qué quiere decir competencia de urgencia? 
—Por ejemplo hay un accidente de tránsito y, pongamos el caso más grave, hay un fallecido, tiene que intervenir la justicia, pero el tema es que eso es materia penal, el juez penal corresponde a Canelones, dentro de la jurisdicción de Canelones hay un solo juez penal, entonces tendría que venir él a constituirse y tomar to- das las declaraciones, pero como en la ciudad de Cerrillos hay un juez que es la autoridad judicial más próxima en una primera instancia se le avisa al juez de la localidad de Cerrillos y es el que toma las primeras y más urgentes medidas: preservar la escena del accidente, en fin, y contactarse directamente con el juez penal para que él resuelva. Entonces el juez penal da las instrucciones que hay que seguir, se cumplen las instrucciones, y después que está armado el expediente con las primeras medidas y más urgentes se eleva el expediente a Canelones.
—En el caso de un desalojo viene el dueño de una finca, dice que le están debiendo seis meses de alquiler, ustedes constatan que eso es cierto y a través de la policía, como brazo auxiliar del juzgado, proceden al desalojo. 
—Sí, en parte es cierto lo que tú dices. El tema es así: si se constata una deuda primero hay que intimarle el pago de la deuda, que tiene un plazo para pagar, si no paga se inicia el proceso de desalojo. Primero la intimación del pago del alquiler tiene que venir con un escrito firmado por un abogado para intimar ese pago. Si no cumplen el abogado tiene que presentar otro escrito más con la solicitud de desalojo. Ahí se le intima el desalojo y hay distintos plazos, puede ser que se haya vencido el plazo del contrato, puede ser que sea mal pagador, puede ser un ocupante precario, o sea, de acuerdo al caso que sea, a lo que diga el escrito, se va a determinar el desalojo en determinado tiempo. Si el inquilino no presenta oposición a la petición de desalojo se pasa al lanzamiento, para lo que también el abogado tiene que presentar otro escrito, y ahí se fija la fecha del lanzamiento. Recién cuando se procede a la fecha de lanzamiento se saca a la persona, y si es necesario se concurre con la fuerza pública.
—Siempre se ha dicho que es más difícil sacar a un intruso que a un inquilino formal. ¿Es así? 
—No, no es así.
—¿Pero lo ha escuchado? 
—El desconocimiento del derecho es muy grande. Sí, lo he escuchado. Si el intruso es denunciado dentro de las primeras veinticuatro horas hay un procedimiento rápido por un delito de usurpación que lo tramita directamente el juez penal. Si el intruso lleva cuatro, cinco o seis meses entonces hay que seguir todo el procedimiento que te acabo de contar.
—Y si se trata de un ocupante de un lugar público, de una persona que vive en la calle, correspondería a la Ley de Faltas. 
—No, la Ley de Faltas lo que prevé es el dormir en los espacios públicos.
—Eso le estoy diciendo. 
—En espacios públicos sí se puede dar. En Montevideo hay varios casos ya de gente condenada por dormir en espacios públicos. No sé las cifras estadísticas, pero sé que han habido varios casos en que primero se le intima a que se retire de ahí…
—Se le ordena realizar trabajos comunitarios… 
—Sí, el procedimiento y las penas que establece la Ley de Faltas.
—Ese problema no parece existir en Los Cerrillos, de que la gente duerma en la calle, pero usted hasta hace poco también se ocupaba de la Ley de Faltas. ¿Cuándo le quitaron esa potestad? 
—Cuando se aprobó la Ley de Faltas.
—¿O sea que nunca se ocupó de la Ley de Faltas? 
—Sí, nos ocupamos. La Ley de Faltas 19120 se convirtió en ley el 20 de agosto de 2013. Hasta esa fecha los Juzgados de Paz, como el de Cerrillos, tenían la competencia en materia de faltas. Hubo una ley que aprobó el Parlamento, que cambió la competencia, y esa competencia que teníamos los jueces de Paz de ciudad la atribuyó directamente a los Juzgados de Paz departamentales. El Juzgado de Paz de Cerrillos es un Juzgado de Paz de ciudad, no es un Juzgado de Paz departamental, entonces no tenemos esa competencia.
—¿Cuándo asumió usted en Los Cerrillos? 
—Yo juré el cargo el 15 de marzo de 2013. Como yo venía de Fraile Muerto me dieron diez días de licencia por traslado, después pedí unos días de licencia porque venía la semana santa, y estoy a cargo del juzgado efectivamente a partir del 1 de abril de 2013.
—¿Nunca estuvo en un Juzgado Letrado? 
—No. Tú estás mezclando con Juzgado Letrado y es un error.
—No, porque hay jueces letrados que luego los pasan a juzgados de Paz, y usted podría ser uno de esos casos. 
—Pero eso es un descenso. La estructura del Poder Judicial es: Suprema Corte de Justicia, Tribunal de Apelaciones, Juzgado Letrado, jueces de Paz departamentales, juez de Paz de ciudad, y después juez de Paz de primera y segunda categoría y rurales.
—¿Aspira en algún momento llegar a juez letrado o está tranquilo así? 
—Nosotros somos funcionarios del Poder Judicial. En Fraile Muerto estuve ocho meses y me trajeron para acá, acá ya llevo más de un año, yo estoy bien, además viajo a Montevideo todos los días, me estoy interiorizando con la ciudad, yo no tengo problema, al contrario, me estoy adaptando bien.
—¿Pero para un juez no resulta mucho más interesante ser juez letrado que juez de paz? ¿No es mucho más atractivo intervenir en crímenes de alto grado que casar gente? 
—Todo es importante. Siempre van a haber jueces letrados y siempre van a haber jueces de paz.
—Pero en su ánimo. 
—En mi ánimo… Yo entré hace dos años y medio, todo tiene un proceso de aprendizaje. Antes de llegar a juez letrado tengo que pasar por ser juez de paz departamental, y después me tocará la instancia de ser juez letrado. Yo no me voy a cercenar la posibilidad de ascender. Si la Corte me confiere un ascenso para ir a un Juzgado de Paz departamental es porque entiende que estoy haciendo bien mi tarea acá. Y si después que llegue al Juzgado de Paz departamental entiende que estoy capacitado y me asciende a un Juzgado Letrado veré. 
—¿De dónde es oriundo? 
—De Montevideo.
—¿Y cómo es eso de andar cambiando de localidad cada poco tiempo? 
—Ah, ese es un tema complejo pero es parte de la función, porque para mí el tema de la movilidad de los jueces hace a la salud de la justicia. 
—¿Para evitar que se envicien con ciertos vicios propios del lugar donde están? 
—Sí, porque… Es buena la rotación, no solamente por lo que tú dices sino porque una persona en un determinado cargo llega un punto en que siempre estás realizando la misma tarea. O sea, acá siempre vas a tener prácticamente los mismos casos, los mismos montos, siempre vas a tener desalojos o vas a tener conciliaciones. Conciliación es una de las competencias que me olvidé decirte que tienen los jueces de Paz. Entonces si vos estás mucho tiempo haciendo repetitivamente la misma tarea como que te cercenás la posibilidad de crecer intelectualmente.
—Por esa atribución conciliatoria fue que usted asumió también como propio el caso de la hotelería vacuna y nos citó a las dos partes. 
—Exacto. El proceso conciliatorio es lo que marca la Constitución en el artículo 155, que dice que antes de iniciarse un juicio civil se tiene que intentar la conciliación para evitar el juicio a futuro. Lo que yo vi en este tema de los animales, con la empresa y el reclamo que le hicieron, fue que había una situación en la cual el tercero neutral, que en este caso es el juez, podía contribuir al buen relacionamiento entre los vecinos, que los vecinos manifestaran sus discrepancias e hicieran valer su posición y por el otro lado la empresa escuchara y también hiciera valer su posición, sobre todo cuando los ánimos están caldeados y hay intereses contrapuestos, que son de peso, que son entendibles. Me parece que fue una buena solución y que por lo menos fue bien recibida por las dos partes.
—¿Y sigue también oficiando como receptor de todos los movimientos que hagan los organismos vinculados a este tema? 
—Sí, porque en la audiencia en la que vos también participaste habíamos quedado de que se recibieran los informes del Ministerio de Ganadería y la DINAMA y se fijara una nueva audiencia. Y ayer recién llegó el informe completo de la DINAMA.
—¿Ganadería todavía no ha mandado nada? 
—Ganadería sí, ya mandó, y dice que está habilitado. (*) 
—¿Cómo ve a Los Cerrillos? 
—Bien, una ciudad tranquila, de gente amable, que se puede convivir bien. Los mayores problemas que hemos tenido en materia de hurtos hemos comprobado que no son gente de Cerrillos, lo que no quiere decir que acá no haya ese tipo de problemas, pero los mayores problemas son gente del Cerro de Montevideo que vienen a generar problemas acá.
—¿Y con respecto al tema drogas? 
—Este mes hubo un operativo en Cerrillos dispuesto por el juez penal, y como había que allanar una vivienda de una persona que vive acá en Cerrillos la orden de allanamiento la tuve que firmar yo. Se firmó la orden de allanamiento, se hizo el procedimiento en la plaza, hubo detenidos, se concurrió al hogar del detenido y se encontró más sustancias.
—¿Solamente marihuana? 
—No sé. Me informaron que se constató la existencia de sustancias en la casa del muchacho. Todo eso fue informado al juez letrado y allá no sé qué habrá pasado.
—Si alguna persona tiene interés en denunciar a alguien que vende droga o porque le rapiñaron en la esquina o por cualquier tipo de delito, ¿puede hacerlo en el Juzgado de Paz? 
—Por supuesto. Puede hacer la denuncia en la comisaría o si de repente el problema es directamente con la policía puede venir y plantear la denuncia acá.
—Si hay una agresión policial no lo va a denunciar a la policía. 
—Exactamente. Incluso hubo un caso de supuesto abuso policial que yo le tomé la denuncia e inmediatamente me comuniqué con el juez letrado y elevé los antecedentes.
—¿Cómo está el tema de la violencia familiar en Los Cerrillos? 
—Es uno de los grandes problemas que tiene la sociedad, y pienso que el gran detonante en la gran mayoría de los casos es el alcohol. En ese sentido Cerrillos está tranquilo. Hay casos, pero en relación con las grandes ciudades son muy pocos.
—¿Tienen que ver las clases sociales con la violencia familiar?, porque siempre se muestra la clase baja, ¿pero la violencia de la clase alta se oculta? 
—El alcohol circula en todas las clases sociales. Lo que puede pasar es que en esas clases altas de repente no se denuncie. Pero yo cuando recibo una denuncia de violencia doméstica la investigo y tomo las decisiones que tengo que tomar pero no me fijo de qué estrato social viene.
—Pero se entera. 
—No, no averiguo tampoco. También la ley de violencia doméstica, la 17514, le da una competencia de urgencia al Juzgado de Paz de ciudad, donde tomamos las primeras medidas y después lo derivamos al Juzgado Letrado de Familia.
—¿Su objetivo es seguir dentro del Poder Judicial o aspirar a algún cargo que tenga más que ver con la política internacional? 
—No, yo estoy cómodo, yo soy juez.
—¿Entonces por qué estudia relaciones internacionales? 
—En 2005 me anoté en la carrera de relaciones internacionales pensando que iba a hacer una especie de especialización de derecho internacional público, que junto con el derecho constitucional son las materias que más me gustan, pero esa carrera está más abocada a la negociación y el comercio internacional. No es lo que yo buscaba. Mi aspiración es completar la formación jurídica, después de repente la Corte me designa en otra tarea dentro del Poder Judicial. Me gustaría volver a ocupar mi cátedra de derecho constitucional. Y me gustaría seguir siendo juez y poderme dedicar a la docencia y a la investigación del derecho.

(*) La voluntad de Mazzeo es elogia- ble, pero lamentablemente no le lle- gan los elementos para manejarse a cabalidad. A comienzos de este mes la DINAMA le hizo llegar un informe que en esta revista publicamos hace ya dos meses, y el MGAP apenas le remitió un documento de Servicios Ganaderos de fecha 30 de octubre sobre una habilitación del año 2009, pero no le envió la declaración que publicamos en este número, donde con fecha 25 de noviembre la División Sanidad Animal del MGAP determina “la suspensión del local” y “no autori- zar nuevas cuarentenas en el estable- cimiento de referencia hasta que se levanten las múltiples observaciones pendientes”, ante lo cual hicimos lle- gar ese documento al juez para que se mantenga informado, sobre todo por la audiencia de partes que citó para el día lunes 15 de diciembre.

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