viernes, 15 de agosto de 2014


Contaminaciones

LA BOLSA O LA VIDA

Medir el valor de la vida humana en términos de redituabilidad y rentabilidad económica es embarcarnos en
un viaje sin retorno, pero la avaricia inescrupulosa suele
abordarla en esos términos. 
Así el capital cobra lo que se paga con la vida, hasta que quien pretende cobrar los réditos de ese
negocio ya no exista para hacerlo, fruto de su propia ambición en lograrlo. 
En este número abordamos diversos tipos de
agentes contaminantes que nos afectan a diario, desde los agrotóxicos a los transgénicos, desde las fumigaciones hasta los basurales autoprovocados, desde la explotación capitalista en cualquiera de sus formas y en desmedro de la vida humana hasta la ejecución de prácticas diversas que nos vuelven protagonistas de esta nueva forma de desvivir, en el rol de víctimas o de victimarios. 
También este pedazo de papel se autodestruirá algún día, por eso es necesario que actuemos antes de que ello ocurra. ¿De qué lado está usted ubicado?


Desde aquí se ve
FRANKENSTEIN EXISTE 

En las grandes ciudades se genera y padece esa niebla tóxica que habitualmente llamamos smog o esmog. Aquí no. También la contaminación sonora afecta a esos centros concentradamente poblados, que aquí no. Por eso para saber de qué morimos es necesario antes identificar de qué y para qué vivimos. Quizás de esa manera podamos evitar algún día que muertes por esas causas se sigan sucediendo. Yo vengo del departamento de Colonia, donde en Juan Lacaze existe el índice más alto de Uruguay de muertes por cáncer. Las industrias papelera y textil han contaminado el río que baña a los lacacinos de tal forma que resulta inevitable estar a la cabeza de esa estadística mortuoria. Pero allí siguen viviendo y muriendo los lacacinos, sin que nadie se ocupe de sanear su ecosistema y tomando su realidad como un hecho natural e inevitable, si total así fue siempre desde mediados del siglo XX. Los sábalos de José también ingieren el barro y los químicos de ese cauce y los trasladan como alimento a los pobladores. Si total así fue siempre. Pero desde que se expandieron las plantaciones de eucaliptos y pinos los sabaleros comenzaron a asistir a una nueva realidad: en las cercanías de esas plantaciones el agua comenzaba a escasear. Claro, cada uno de esos árboles consume unos treinta litros de agua por día, y los humanos apenas dos. Aparecieron entonces los métodos paliativos, que para nada solucionan la situación de raíz sino que la emparchan: desde la capital del departamento les empezaron a enviar semanalmente camiones sisterna con agua para paliar el drama de la falta de agua. Y así es en todo y en todos. También en Sauce las muertes por contaminación hídrica llegan a cifras que por lo menos deberían llamar la atención de sus habitantes. ¿O de tan habitual ya no asombra? En este número el productor orgánico Álvaro Jaume y la Asamblea por el Agua del río Santa Lucía dan cuenta de ello. ¿Alguien más? ¿Qué dicen/hacen las autoridades sobre este problema? El director de Gestión Ambiental de la IMC, Leonardo Herou, también nos cuenta en este ejemplar la visión del oficialismo al respecto. Está claro que paliar es como darle de comer un plato de comida al hambriento diario pero no asegurarle que se autogestione su alimento de por vida. Y está bien que se le proporcione ese plato de comida, hasta que con esa comida ya no alcance porque los hambrientos diarios pasen a ser demasiados para que las autoridades puedan hacerse cargo. Lo mismo pasa con el medio ambiente: se lo aguanta hasta que explota, y cuando explota todos nosotros también formamos parte de esa explosión. Las fumigaciones con productos químicos, los alimentos genéticamente adulterados, la producción ganadera intensiva en praderas artificiales, y siga sumando usted, son pan para hoy y muerte para mañana y para hoy, asesinos silenciosos que continúan expandiéndose en otro rango de inseguridad, distinta a la de las ciudades con smog o esmog, pero inseguridad ciudadana al fin, donde no importa la edad de imputabilidad de los afectados porque la pretensión punitiva de nuestro suelo no caduca y sigue condenándonos cada vez con más fuerza a todos por igual. Hábitos y costumbres sería una buena materia para dictar en los liceos, pero ello no ocurre, aunque por nuestros malos hábitos y peores costumbres continuemos suicidándonos con nuestro propio consentimiento en pos de un capital que manejan los menos y perjudica a los más. Lo mismo con los basurales de extrema peligrosidad que denuncia Joel Reyes y confirma la alcaldesa Rosa Imoda. Lo mismo con todas nuestras acciones permisivas a todas estas causas que degeneran en otras tantas consecuencias indeseadas para nuestra salud y nuestra calidad de vida en plenitud.

jueves, 14 de agosto de 2014

Con Joel Reyes, vecino denunciante
HUMANOS SIN PROTECCIÓN


Animales sin Hogar es una organización no gubernamental creada el 16 de noviembre de 2003, con Personería Jurídica 9985, que tiene su sede en la avenida 18 de Julio 1066-Local 51 de la ciudad de Montevideo y cuenta con dos campos para albergar y atender animales, uno de ellos en la intersección de los caminos Andrés Calandria y Perucco de Los Cerrillos. Posee la página web www.animalessinhogar.com.uy y la de facebook www.facebook.com/AnimalesSinHogar, pero en ninguno de los dos sitios se hace referencia a la ubicación de ninguno de esos campos. Por tratarse de una organización de servicio parecería básico y fundamental que al menos ofrecieran un número de teléfono para comunicarse con algún responsable de esa protectora de animales, pero extrañamente ello no ocurre, y cuando consultamos en ANTEL se nos expresó que esta asociación civil solicitó ser excluida de la guía telefónica. O sea que para comunicarse con ellos uno debe irremediablemente dirigirse a su sede central o quizás intentar ser atendido por alguien en alguno de sus dos campos, donde al menos en Los Cerrillos se desempeñan empleados que aparentemente no son de esta ciudad, además del veterinario Juan Porto, de Canelones. Para lograr una entrevista con esta organización a las 19:54 hs. del 5 de agosto escribimos en su página de facebook “Buenas noches, mi nombre es Fredy González y publico en Los Cerrillos una revista local por lo cual me interesaría hablar con ustedes sobre el trabajo que desempeñan. Disculpen, pero como no encuentro su teléfono les escribo por aquí. Los míos son 43362731 y 099488325. Gracias por responder”, pero lamentablemente hasta el cierre de esta edición no recibimos ninguna respuesta. Con anterioridad, el 17 de julio, la vecina Claudia Subelzu escribió en el blog de esta revista: “La ONG ubicada en Camino Perucco tira sus desechos en el piso, en la esquina de Calandria. Esas bolsas además de basura habitual tienen también restos de comida, jeringas y medicinas. No solamente se creó un basural, sino que se llena de ratas y perros que abren todas las bolsas, y el peligro más grande es que por allí pasan niños y personas. Hablamos con ellos y nos dicen que la esquina no es nuestra. Hablamos con la alcaldesa y con Leonardo Riet pero no ha alcanzado. Tenemos documentación de todo. Es urgente. ¿Cuál es el paso a seguir?”. Respondimos a Subelzu pero no volvió a comunicarse. Coincidentemente se dirigió a esta publicación el vecino Joel Reyes, quien además nos aportó numerosas fotos, algunos de las cuales aquí reproducimos, denunciando que esta protectora de animales ha creado un enorme basural en la intersección de los caminos ya citados, donde también son arrojados animales muertos, envases de medicamentos y jeringas que pueden poner en riesgo la integridad física de quienes se acerquen a ese lugar, además de que los vecinos permanentemente sufren las consecuencias de ese foco infeccioso. Por Montevideo Portal nos enteramos de que “ASH surgió por iniciativa del matrimonio que conforman Laura Medina y Juan Echeverría, actualmente los directores”. Lo dicho, quisimos hablar con ellos pero no nos respondieron. Este problema del actual basural se arrastra de otro anterior, entonces ubicado en la esquina de la Sociedad Criolla de Los Cerrillos, sobre el que intervino el Municipio local. Nos habría interesado mucho contar con la palabra de ASH, pero como no fue posible reproducimos sólo esta charla con Joel Reyes.


—¿Cuándo comenzaron con este problema del basural? 
—Hace más o menos un año que están tirando basura.
—¿A qué distancia vivís de ese lugar? 
—En línea recta a 150 o 200 metros.
—¿Cuáles son los mayores problemas que les ocasiona ese depósito de basura? 
—Esto está en la calle y la calle es de todos. Pero el mayor problema grave que tenemos como vecinos es que es una zona rural y tenemos un foco de contaminación ambiental y un foco de contaminación infecciosa, porque en ese basural, aparte de ser basura, que también está mal, tenemos mierda de perros, jeringas, material cortopunzante, que no se puede tirar como se está tirando, animales muertos, moscas, y los calores que empiezan a mandar olores según la rotación del viento; cuando el viento está del este en mi casa no se puede estar. Mi vieja tiene cáncer, tiene que caminar, tiene que andar afuera, y la mujer entre las moscas y el olor cuando hace calor y hay viento del este no puede estar, y es una persona con una enfermedad terminal. Con esto no estoy dramatizando, pero estoy diciendo la realidad que hay, que la mosca va, come la mierda, vuela hacia otro lugar, y cuando querés acordar la tenés en la cara. Y eso es infección por culpa del basural que está en la esquina.
—Así que en un radio de por lo menos 200 o 300 metros… 
—Tenemos problemas de olor, mugre, y después vuela la mugre con el viento, porque la contaminación no solamente está en ese punto quieta sino que se traslada, vuelan las bolsas, yo he tenido que dedicar tiempo libre a limpiar y a juntar mugre, porque yo entiendo que mi lugar lo tengo que tener cuidado y la calle lo mismo, que también es mi lugar y el de todos.
—¿Cuántos vecinos viven en las cercanías? 
—Yo tengo dos vecinos.
—Y todos coinciden en que les perjudica.
—Sí, que es un problema, es un basural, es una mugre. Yo te estoy hablando desde el punto de vista de la salud que se ve afectada por esa clase de basura. Estamos todos en la misma. Capaz que yo me puse un poco más la mochila en la espalda para terminar con este problema.
—¿Dónde y cuándo presentaste la denuncia? 
—Esta denuncia se fue gestionando. Primero se tomó la medida de darle cuenta a la Dirección de Gestión Ambiental de la Intendencia de Canelones y ahí se arrancó a armar la carpeta técnica para entregarla a la comisaría 3ª, donde estuvimos el jueves 31 de julio. Ahí estuvimos todos los vecinos y vino la Comuna con la gente de Gestión Ambiental para entregar la denuncia firmada por los vecinos.
—¿La Intendencia vino a la seccional 3ª por la denuncia? 
—Sí, éramos unos ocho vecinos. Gestión Ambiental coordinó con los vecinos que querían firmar y apoyar la denuncia para encontrarnos frente a la seccional y hacer entrega de la carpeta técnica con copia de la denuncia, con vecinos reclamantes, y ahí se entregó en la comisaría. Yo primero estuve con Gestión Ambiental en Canelones y después ellos mandaron el cuerpo inspectivo para hacer todo el relevamiento, y cuando tuvieron todas las pruebas fotográficas, que las saqué yo, porque me preocupé de hacer vigilancia para tomar esas fotos…
—¿Gestión Ambiental te pidió a vos que sacaras esas fotos? 
—No es que me pidieron; este trabajo que yo hice lo hacen ellos.
—¿Por qué no lo hicieron? 
—Ellos me explicaron que a veces no tienen tiempo o medios de transporte, porque tienen que cubrir todo Canelones. Entonces yo les adelanté el trabajo entregándoles fotos o material de prueba de quién tira la basura, aporté a Gestión Ambiental un trabajo que lo tendrían que hacer ellos, sí. Y se les hizo entrega de todo el material que teníamos.
—¿Con quién hablaste en Gestión Ambiental? 
—Con Leo Riet, uno de los directores.
—¿Y qué respuesta te dio?
—Que le iban a dar trámite, que esto no podía ser, que ya habían habido algunas denuncias de varios vecinos sobre el basural en la esquina, no sé en qué momento, que tenían conocimiento del problema. Y también tenían conocimiento porque la alcaldesa les había informado, pero me parece que eso fue cuando ellos tiraban la basura en la esquina de la Criolla, que muchos vecinos hicieron el reclamo y la alcaldesa mandó sacar el canasto, porque ellos venían de allá abajo a tirar la basura acá.
—O sea que la denuncia va por dos vías, la municipal y la policial. 
—La denuncia la hace la Comuna y esto después va al Juzgado de Paz, porque creo que la Ley de Faltas la manejan los jueces de Paz. No sé si corresponde ir al Juzgado Letrado con esto. Capaz que después el juez de Paz lo pasa al Juzgado Letrado, no lo sé.
—¿Quién determinó que este caso se debía incluir en la Ley de Faltas? 
—La Comuna lo pasa a la Ley de Faltas porque es basura.
—Contame bien cómo fueron todos los pasos hasta llegar a la denuncia. 
—Hace unos tres meses hablé con la alcaldesa y la alcaldesa me manifiesta que se siente superada por el problema y me indica que hable con Leo Riet en Gestión Ambiental. Yo ya había tomado las primeras fotos, tenía unas cuantas cosas documentadas, fui a Gestión Ambiental y me recibe Leo Riet, que me atendió con excelente disposición, llamó al cuerpo inspectivo para que fuera a hacer la inspección en el lugar y volver a constatar el problema.
—Vinieron a Los Cerrillos. ¿Cuándo? 
—A mediados de julio más o menos. Los del cuerpo inspectivo se entrevistan conmigo para saber qué tenía yo para aportarles, entonces yo les aporto las fotos, con ese aporte ellos arman la carpeta y me piden si algún otro vecino quería firmar para que tuviera más validez.
—Ninguno te dijo que no. 
—No, todo el mundo firmó y hasta quedó gente afuera, gente del pueblo que sabe el problema quiso firmar y todavía quiere firmar. Gestión Ambiental es el que organizó todo, las fotos, las denuncias, y todo eso lo llevó a la comisaría.
—O sea que fue Gestión Ambiental quien presentó la denuncia en la comisaría para que pase a la Ley de Faltas. 
—Exactamente.
—¿En algún momento te vieron de la protectora cuando estabas sacando las fotos? 
—Me vieron los empleados.
—¿Qué te dijeron? 
—Que ellos eran empleados. Estaban medio malos porque les estaba sacando fotos pero, bueno, los empleados no tienen la culpa, son trabajadores como cualquier otro. El empleado es empleado y cumple órdenes, sabe que no puede tirar basura, pero si lo mandan…
—¿Esos empleados son de Los Cerrillos? 
—No los conozco. Pueden ser de la zona o gente nueva que llegó al lugar, gente que ellos trajeron de otro lado, no lo sé, pero de acá yo nunca los vi.
—Pero en la protectora también habrá gente noche y día. 
—Sí, ellos tienen varias guardias, creo que trabajan noche y día, hay siempre gente. 
—¿En algún momento hablaste con la encargada o el encargado de la protectora?
 —Sí, con la encargada.
—¿Cuánto hace que hablaste? 
—Dos meses más o menos.
—¿Qué le planteaste? 
—Le dije cómo solucionábamos este problema. Y ahí se contradijo y me dijo que uno autorizó, que otro no autorizó…
—¿Que autorizó quién qué cosa? 
—Que la Intendencia le había autorizado tirar la basura, pero a mí en la Intendencia me dijeron que no. Y se contradice, porque yo por ejemplo tengo fotos de perros muertos y de otras cosas que ellos estaban tirando y esta encargada me dice que no tiraban, que ellos hacían un pozo, que pagaban una retroexcavadora para hacer un pozo atrás, tirar todo ahí y tapar, y que si había perros muertos en el basural de la esquina tenía que echar a todos los empleados, pero yo fui a fotografiar y me encontré con perros y jeringas en las mismas bolsas que ellos traen la basura, entonces ella se contradecía. Pero el planteamiento mío fue buscarle una solución a ese problema, y la respuesta de ella fue que la esquina no era mía y que ella no iba a pagar plata de ella para armar una estructura porque la iban a usar los vecinos. Y cuando me dijo si la esquina era mía le dije que no tenía nada más que hablar con ella y me fui.
—¿Tenés alguna idea de qué trabajo realizan en la protectora? 
—No me voy a meter en lo que hacen ellos. No puedo opinar nada.
—¿Pero no se comenta nada en el vecindario? 
—No.
—O sea que ellos no tienen relación con los vecinos. 
—No, ellos están en su mundo. La protectora está en su mundo.
—¿A cuánto está la protectora de ese lugar donde tiran la basura? 
—A alrededor de un kilómetro.
—Así que a ellos no les llegan las moscas. 
—Es imposible que les lleguen, “afecto a tres vecinos pero yo quedo limpio de la mugre”. Yo no tengo problema contra la protectora ni lo que hace ni lo que deja de hacer, sí tengo problema con la basura que me están tirando.
—Qué raro que la Intendencia no tenga potestad para poder actuar y lo pase a la comisaría para que lo pase al juzgado. 
—No, porque es un lugar privado. Hasta la multa pueden ir, después tendrán que pedir una orden de allanamiento.
—Es propiedad privada la protectora pero la esquina no. 
—Por eso los multaron.
—¿Del Juzgado de Paz qué se esperaría ahora? 
—Supongo que citaciones a las partes, a la Comuna denunciante, a algún vecino que firmó la denuncia y a la gente de la protectora. 
—¿Cada cuánto pasa el camión de la basura por ese lugar? 
—Yo hace tiempo que no lo veo, ahora ya no pasa, no existe el camión. Porque ese material no creo que lo levante nadie. Vos no podés levantar agujas y jeringas.
—Por peligro propio. 
—Lógico. Una aguja te puede pinchar y te puede meter cualquier infección. Vos no sabés con qué estuvieron trabajando ese material.
—¿Algo más que se te ocurra agregar?
—Solucionar este problema de raíz, de darle un orden de trabajo a esta gente. Yo no pido ni que la saquen ni que la cierren, eso no me interesa. No tengo problema con el trabajo de ellos ni con la protección animal, no estoy contra nadie, estoy en contra de que tiren la basura en la esquina de manera indiscriminada. Hace dieciocho años que nosotros estamos ahí y nunca pasó esto. Hace un año o dos que está la protectora y tenemos todos estos problemas. Eso no puede estar más ahí y voy a tratar de buscarle la vuelta hasta lo último. Yo estoy actuando de buena fe y con sentido común, nada más. Soy un vecino que cuida su lugar como cualquier otro vecino.
 
Con la alcaldesa Rosa Imoda
DEBE Y HABER

Imoda nos enumeró las denuncias recibidas en la alcaldía sobre problemas medioambientales y el curso dado a cada una de ellas, junto a la preocupación propia sobre otros temas de similares características: la protectora, el hotel vacuno, el galpón de soja, las aguas servidas, la basura domiciliaria y el humedal.

—¿Qué denuncias o reclamos ha recibido la alcaldía sobre temas ambientales de parte de la población? 
—Primero tenemos el tema de la protectora de animales, que está tirando basura. Hace dos años lo estamos denunciando. Ahora se radicó la denuncia en la seccional de policía y estamos esperando qué va a pasar con esa denuncia en el juzgado.
—¿Hace dos años quiénes se quejaban sobre el tema? 
—Nosotros mismos, porque nos hacían un basural al lado de la Criolla. Lo erradicamos. Hablamos con los vecinos para que ellos lo cuidaran y nos llamaran a nosotros, y se cortó, no trajeron más, pero luego empezaron a tirar en la esquina al final del camino Andrés Calandria. Hemos tenido una lucha contra eso. También habían venido hace un año y algo los inspectores y los dueños los echaron. O sea que se está peleando desde hace unos dos años.
—¿Cómo hicieron para impedir que siguieran tirando basura al lado de la Criolla?
 —Había un canasto y ellos empezaron a traer la basura ahí, en un tractor con zorra. Había animales muertos, excrementos, jeringas, mucho olor, y los empleados del recolector no están en condiciones de levantar ese tipo de basura. Ahora se hizo la denuncia a través del cuerpo inspectivo, también con la ayuda del vecino Joel Reyes que sacó fotos, y con todas esas pruebas se radicó la denuncia.
—¿El Municipio habló con los responsables de esa protectora? 
—Sí, se habló. Y nos dieron unos argumentos que parecían abogados defensores de los derechos ambientales, diciendo que no podían enterrar la basura orgánica y un montón de cosas más. Son gente que hay que ver bien cómo se maneja uno para no caer después en que nos hagan una demanda a nosotros.
—Otro de los temas que afectan la calidad de vida es el hotel de ganado que el ex director de AFE Carlos Bentancor arrienda a unos capitalistas egipcios. 
—Sí, los vecinos juntaron firmas y nosotros lo pasamos al cuerpo inspectivo de la Intendencia y a Desarrollo Productivo, que son quienes conocen toda la reglamentación, para que vengan a ver si está en regla o no.
—También aquí radicaron la denuncia los vecinos afectados por un galpón con depósito de soja en el centro de la ciudad. 
—Eso también. Pidieron la regularización y están teniendo los plazos para que lo regularicen, sino la Intendencia los va a clausurar directamente.
—¿A quién le derivaste esa denuncia? 
—A Habilitación Comercial, que es una parte de Arquitectura de la Intendencia. O sea que si no se ponen en regla se les cierra, pero tienen que tener ciertos plazos para que la persona se pueda regularizar.
—¿Esos plazos cuándo vencen? 
—Nosotros estamos siguiendo el trámite, la semana pasada tenían dos días para que se venciera un plazo y tenían que presentar documentos que les habían pedido. No sabemos más porque aparentemente los dueños no estaban acá. Pero quien lleva todos los plazos es Habilitaciones Comerciales.
—Los primeros diez días de agosto ese galpón estuvo cerrado. 
—Sí, estaba cerrado porque ellos no estaban acá. No sabemos si lo van a cerrar del todo.
—¿Qué otros problemas ambientales hay en Los Cerrillos? 
—Las aguas servidas, que lo estamos denunciando porque es una de las cosas que más nos preocupa porque están contaminando todos los arroyos, arroyos que desembocan en el río Santa Lucía, aparte de que los animales toman agua de ahí. Es un problema que venimos denunciando desde que entramos nosotros y para el que queremos una solución.
—¿Qué tipo de solución? 
—La solución no pasaría tanto por el saneamiento sino por una barométrica al servicio de la comunidad, a bajo costo, y que todo el mundo tenga acceso a ella. Nosotros vemos eso más fácil que el saneamiento.
—¿Eso ya lo pidieron? ¿Qué les respondieron? 
—Lo hemos pedido y no nos han dado una respuesta. Lo hemos planteado hasta en la Red de Municipios de la cuenca del río Santa Lucía y lo hemos planteado a nivel de OSE, a nivel del Ministerio y a nivel de todas las autoridades, inclusive hasta fuimos a la comisión de Medio Ambiente del Parlamento, en diputados, y se lo planteamos.
—¿El tema de la basura cómo se maneja? 
—Ese es otro gran tema. Ahora viene un plan para los MEVIR 1, 2 y 3 de contenedores individuales (*), que se hace un contrato, uno es reciclable y el otro no, para clasificar la basura, y después planteamos para los otros lugares en que no van a haber contenedores domiciliarios, que hay ciertos puntos donde se generan pequeños basurales, poner algún otro tipo de contenedor.
—¿Qué establece ese contrato? 
—Que se hacen responsables los vecinos de sacar cada contenedor los días que pasa el recolector. A cada casa se le dan dos contenedores individuales, uno para basura reciclable, que se va a levantar los miércoles, y el que no es reciclable se va a levantar lunes y viernes. Van a venir 500 contenedores para 224 casas.
—¿El camión de la basura qué zona abarca? 
—Lunes, miércoles y viernes todo el pueblo, y además recorre Parador Tajes, Campo Militar y las zonas rurales una vez a la semana. Nosotros queríamos agregar un día más para poder levantar todo, porque no se daba abasto, pero lo que nos agregaron fue dos horas extras lunes, miércoles y viernes, que eso equivale a un día más, porque seguíamos con el mismo circuito de unos años atrás cuando no estaban los núcleos MEVIR. Y aprovechamos para pedirles a los vecinos que no tiren basura en los caminos vecinales, porque hay gente que limpia la casa y sale a tirarla, que se comuniquen con el municipio que nosotros les decimos dónde la pueden tirar. Hay lugares para tirar la basura, pero para tener la ciudad limpia necesitamos la colaboración de todos los vecinos.
—Hay lugares donde tirar la basura, pero el MTOP está tirando los escombros de los arreglos de Máximo Tajes en los humedales al lado del cementerio, ¿ese es también un nuevo lugar habilitado? 
—Son escombros pero el arroyo no lo taparon, taparon un costado nada más. Igual yo ya avisé al Ministerio.
—¿No hubo quejas por eso? 
—Se quejó alguien, pero el Ministerio habilitó para tirarla ahí. Se le avisó que ahí cruza un arroyo y que no lo taparan porque es perjudicial para todos y porque después el agua por algún lado revienta.    

(*) Estos contenedores también fueron solicitados por el Cabildo Joven al margen de la alcaldía en 2012.

Con Leonardo Herou, director general de Gestión Ambiental IMC 
LOS DESARROLLOS SUSTENTABLES


En la ruleta burocrática Herou es el responsable de haber presentado denuncia contra la protectora de animales ASH ante la policía para que pase al juzgado. Paralelamente afirma desconocer el problema creado por el alojamiento de vacas en un campo de Los Cerrillos -aunque de todas formas se enteró de ello por las fotos que subimos a facebook- y tiene razón en desconocerlo orgánicamente porque la denuncia presentada por vecinos del lugar fue dirigida al ingeniero Nelson Larzábal de Desarrollo Productivo de la Intendencia de Canelones, quien además de no haber respondido nunca a ella ahora afirma no haberla recibido jamás. ¿En qué escalón burocrático se “perdió”? Aquí el diálogo con Leonardo Herou.

—¿Cuál es la función concreta de la Dirección de Gestión Ambiental de la Intendencia? 
—En un departamento que es extenso, diverso y complejo, donde tenemos un área metropolitana con una fuerte concentración urbana de población, con zonas sobre el río De la Plata, zonas costeras, zonas como esta, vinculadas a la cuenca del Santa Lucía, zonas productivas agrícola-ganaderas, la gestión ambiental tiene que responder a esa diversidad del territorio de Canelones. Entonces tenemos los servicios tradicionales que brindaban las intendencias, recolección de residuos, mantenimiento de espacios públicos, y a eso le sumamos que hemos ido desarrollando capacidades en temas tan diversos como el territorio canario.
—Ya que nombraste al río Santa Lucía, el Santa Lucía está cada vez más contaminado, e incluso se creó un protocolo de once puntos desde el Ministerio de Medio Ambiente. ¿La Intendencia cómo participa en ese protocolo? 
—Nosotros ya veníamos trabajando vinculado al río Santa Lucía. Tenemos problemas en la calidad del agua en todo el país, eso tiene que ver con un modelo que durante años fue generando una presión muy grande sobre nuestros recursos naturales, no sólo sobre el agua sino también sobre el ecosistema, porque hemos visto cómo se ha arrasado el bosque nativo en torno al río en muchos puntos. Ahí el gobierno nacional en consulta y en acuerdo con las intendencias ha implementado once medidas donde se ha zonificado el río y tiene que ver con políticas de reducción de la contaminación, de control muy de cerca de distintas actividades, particularmente algunas actividades industriales, algunas actividades como las de los tambos, etcétera, un monitoreo permanente del agua, y en ese sentido lo que hemos intentado nosotros es ser una contraparte local fuerte para que esas once medidas tengan los resultados que todos esperamos, que tiene que ver con el concepto de fondo de desarrollo sustentable, que es cómo hacemos para que este recurso lo podamos disfrutar y utilizar nosotros pero que eso no signifique que las próximas generaciones no puedan acceder a él. Ese es de fondo el concepto de desarrollo sustentable, que no comprometamos las posibilidades de las futuras generaciones.
—Son medidas paliativas. 
—Son medidas que nos permiten empezar a controlar un problema y paulatinamente ir devolviendo ciertas cualidades al ecosistema, porque los problemas que tenemos no se resuelven en veinticuatro horas pero hay que empezar a tomar medidas. Cuando uno toma estas medidas tiene que conjugar distintas visiones e intereses, y en eso estamos.
—Hay dos o tres temas que tienen que ver directamente con Los Cerrillos, uno de ellos es la denuncia presentada por Gestión Ambiental sobre el basural producido por la protectora Animales sin Hogar.
—Sí, hicimos la denuncia a la policía, pero yo no quisiera personalizarlo en nadie en particular.
—¿Decís que no está claro que sea la protectora la causante? 
—No, no dije eso. Lo que quiero decir es que cuando nosotros detectamos que hay una irregularidad, y en algún caso cuando la irregularidad es compleja porque se encuentran instrumentos o restos de medicamentos o de cuestiones sanitarias en los residuos, y que eso se transforma en un basural, lo que intentamos es resolverlo hablando con el que lo genera, diciéndole que eso no se puede hacer, y cuando esa conducta no se puede resolver, bueno... ahora tenemos una ley, que es la Ley de Faltas, que regula estas cosas, y esa fue la denuncia que se hizo. Se detectó un problema de un basural que además tenía..., tenemos las fotos de quien lo generaba y tenemos las fotos además del contenido de ese basural, lo que nos llevó a tomar medidas, porque un montón importante de vecinos de la zona nos estaban planteando su preocupación y además nos acompañaron en la denuncia. No nos interesa denunciar a nadie pero la Ley de Faltas nos ayuda a establecer claras reglas de juego que todos tenemos que cumplir.
—¿A raíz de esto la protectora ya fue multada por la Intendencia? 
—Las sanciones son distintas, la Intendencia puede aplicar sanciones de tipo multa. Con la Ley de Faltas ya entramos en otro escenario de regulación que tiene que ver con la aplicación de la ley a través de un Juzgado de Faltas que puede promover, en el caso de que así lo entienda el juez competente, un procesamiento con tareas comunitarias. Acá lo importante es que se resuelva el problema y ojalá que a partir de este procedimiento se puedan seguir resolviendo los problemas.
—¿La Intendencia ya multó a la protectora? 
—No tengo la constatación efectiva, tendría que asegurarme que la multa fue aplicada y cobrada, lo podemos chequear. Lo que sí digo es que no es la primera vez que la Intendencia interviene en este problema.
—Otro problema es un galpón a una cuadra de la plaza céntrica que fue arrendado hace un año para guardar soja y eso provocó que seis manzanas a la redonda se llenaran de ratas. Eso también fue denunciado ante la Intendencia, pero no sé si estás al tanto. 
—No, la verdad que no, pero ahora tengo reunión con la alcaldesa y con gusto le pido información, mañana a nuestro equipo, y si tenemos que actuar actuaremos. La verdad que yo no tengo esa información en este momento, pero con gusto mañana la tengo y volvemos a hablar dentro de un par de días (*).
—El último caso tiene que ver con un campo de hospedaje de ganado, del ex director de AFE Carlos Bentancor, donde también hubo vecinos que juntaron firmas, hace cuatro meses presentaron una denuncia ante Desarrollo Productivo de la IMC y hasta hoy no existe ninguna respuesta.
—¿Por un problema de fumigación?
—No, porque hay un hotel vacuno con unas cinco mil vacas que llega hasta la ruta 36, con un grado de contaminación importante.
—No me llegó la denuncia. Sí vi la denuncia en las redes sociales, pero no me llegó formalmente. Así que en estos casos estamos a las órdenes, ya sea para venir, articular con el Municipio, y ni hablar para recibir todas las denuncias que sea. Formalmente a mí no me ha llegado.
—¿Se puede hacer algo desde Gestión Ambiental?
—La voluntad nuestra siempre está y debe estar, debe ser nuestra responsabilidad cuando los vecinos nos denuncian cualquier problema ambiental estar presentes y analizar si hay una violación de la normativa, si hay un problema, y ver cómo colaboramos para resolverlo, interviniendo directamente o articulando con los actores que sea necesario, así que quedo a las órdenes.
—Un último punto más genérico, ¿cómo está manejando la IMC, o cómo ves que se maneja el tema de las fumigaciones y de todo lo que afecta la calidad de vida de los habitantes? 
—Sobre el tema fumigaciones hay regulaciones que la Intendencia ha ido generando, la prohibición de la fumigación aérea, y ahora estamos trabajando con la Dirección de Desarrollo Productivo y la Junta Departamental para regular lo que es la fumigación cercana a los cuerpos de agua, así que yo creo que tenemos mucho para avanzar. En poco tiempo espero que se apruebe una medida cautelar en la Junta que nos ayude a regular aún más a lo que ya hemos hecho, como por ejemplo prohibir la fumigación aérea.

(*) Le dejamos nuestros teléfonos pero nunca más nos llamó.

60 millones de pesos en exportación con pasaporte egipcio
UN CENTENAR DE VACAS MUERTAS


Según la FAO el gas metano que emiten los excrementos de vacas es veintitrés veces más contaminante que el dióxido de carbono. Y 5000 vacas producen demasiado gas metano, que afectan el aire, los cursos de agua y la vida humana. A él seguimos expuestos en Los Cerrillos gracias a este negocio particular y sumamente lucrativo del político nacionalista Carlos Bentancor, que además posee otros tres campos con fines similares, uno en Florida, otro en Sauce y el mayor (con 7000 vacas) en Cuatro Piedras. Según nuestros cálculos, por datos internos que hemos logrado recoger, este negocio contaminante le estaría aportando al ex director de AFE alrededor de unos 60 millones de pesos mensuales, con la ventaja de que él vive en Progreso y no respira lo que nosotros sí. Claro que su coartada es sencilla: los cuatro campos fueron arrendados a empresarios egipcios que los trasladan a su país en pie para reproducirse. Incluso el encargado de esta cadena hotelera es un egipcio que vive en una casa de Bentancor, en Cuatro Piedras. Pero por si todo esto fuera poco, parece que el hombre cuenta además con el aval del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca, ya que al menos los veterinarios que (no) atienden la salud del ganado pertenecen a ese organismo. También pudimos saber que los hombres del nuevo Egipto no pagan mal a sus empleados, que reciben una mensualidad de entre 28 y 30 mil pesos. Todo legal. ¿También el casi centenar de las vacas más pequeñas que ya han muerto en el atropello de las mayores cuando les sirven la ración? Esa cifra, según se nos ha dicho, alcanza hoy el centenar, y las dejan agonizar durante días (como se puede ver en la foto) sin atención hasta que mueren para luego lanzarlas a uno de los dos pozos existentes para ello detrás de un cañaveral. Y ninguna protectora de animales se preocupa por esos pobres bichos, claro. E incluso parece que ni siquiera el juzgado, que debió recibir una denuncia asentada el 27 de julio en la comisaría 3ª por parte de vecinos del lugar y aún parece no haber actuado. Entonces uno se pregunta... No, nada.

Con Álvaro Jaume, integrante del Colectivo Sauce
LA AGUJA Y EL PAJAR


El productor orgánico Álvaro Jaume integra el Colectivo Sauce y la Asamblea Nacional Permanente en Defensa de la Tierra, el Agua y los Bienes Naturales. Fue preso político de los GAU, estuvo exiliado en Holanda y hoy está procesado por asonada a la Suprema Corte de Justicia, desde aquel día en que muchos nos manifestamos en defensa de la jueza Mariana Mota, finalmente desplazada. Desde hace veintitrés años trabaja su chacra en Sauce, y por eso, y por su intensa labor medioambiental, sabe de lo que habla: la invasión sojera, los monocultivos, el Santa Lucía, los agrotóxicos, los transgénicos y el modelo de país que considera necesario para sustituir las medidas paliativas por auténticas transformaciones de fondo.

—¿Qué grado de contaminación tiene el río Santa Lucía, por qué y cuánto nos afecta a quiénes?
—Comienzo hablándote de mis pagos. Sauce se abastecía de la planta potabilizadora que estaba emplazada en el arroyo Las Toscas, y en los años 2007 y 2008 explota lo que nosotros llamamos la importación de sojeros argentinos. El gobierno argentino había obligado a que los grandes capitales de terratenientes de la soja pagaran un impuesto, y los muchachos argentinos, acostumbrados a moverse en el río De la Plata con total soltura, se vinieron para Uruguay porque aquí la soja no paga ningún impuesto. Nosotros en Empalme Sauce éramos ocho productores dedicados a la horticultura, pero de los ocho quedamos dos, todo el resto de las chacras se fueron llenando de chilcas porque las generaciones más jóvenes ya no querían trabajar la tierra a cuenta de que era una sobrevivencia, entonces a partir de los noventa Canelones empezó a ser un desierto de chacras. Así, los arrendatarios sojeros argentinos venían y arrendaban esas chacras para plantar soja, lo que a los nuevos chacreros les convenía más, en lugar de deslomarse trabajando. Eso fue llevando a que se fueran contaminando las cañadas, los arroyos, el arroyo Las Toscas, porque el sistema sojero destruye la tierra, la desgasta, trabaja a gran escala con una siembra directa, utiliza el glifosato como mecanismo fundamental, de diez litros para arriba de glifosato por hectárea, al colmo de que en el Colectivo Sauce conocíamos dos pescadores artesanales de los arroyos y las cañadas de Sauce, y hoy no existen más, no quedan ni las anguilas, porque se fue contaminando todo. Y sumado a esto desde hace tres años la planta potabilizadora del arroyo Las Toscas está cerrada, no sabemos por qué. El Colectivo Sauce invitó al director departamental de Salud Pública, Carlos Pose y tuvo dos reuniones con nosotros porque queríamos investigar por qué Sauce registraba tantos casos de cáncer, por encima de la media uruguaya, en función del agua que consumía, pero esa investigación quedó muerta, Pose dijo que iba a poner todos los medios a su alcance para colaborar con el Colectivo y nunca más apareció por Sauce. Luego invitamos al ingeniero agrónomo Daniel Panario, grado 5 de la Facultad de Ciencias, y él nos decía que el agua de la OSE en general, toda la que consumimos en el Uruguay, tiene grados de contaminación, al punto que él no consume el agua de OSE. La plantación de soja fue modificando todo el perfil, junto con la explotación ganadera intensiva.
—¿Esos son los únicos agentes contaminantes del río? 
—La contaminación juega en doble aspecto. La que vivió más Sauce, del agua, fue generada por la plantación de soja, que entre otras cosas tiene que ver con la utilización de herbicidas, el glifosato en particular, con el que se quema la tierra para después hacer la siembra directa de la soja, y de pesticidas, como el endosulfán, que está prohibido en muchas partes del mundo. A todo ello se agrega en la cuenca del Santa Lucía la producción animal, que se fue haciendo en grados intensivos, fertilizando y trabajando con praderas artificiales, lo que lleva a que se utilicen cantidades enormes de fósforo, de potasio, de todo tipo de componentes químicos que van por el sedimento y por las lluvias hacia el río. Entonces el Santa Lucía está golpeado por dos lugares, uno es todo el insumo químico del glifosato, los herbicidas y los insecticidas utilizados para la soja, y después todo lo que significan los fertilizantes químicos que se utilizan para la producción ganadera intensiva, y por todo ello el río Santa Lucía tiene un grado de contaminación que asusta.
—¿A qué ciudades de Canelones afecta más esa contaminación? 
—A Santa Lucía y a toda la cadena que va hacia Montevideo.
—La planta más importante de OSE es la de Aguas Corrientes. 
—Exacto. Y en Aguas Corrientes han tratado de generar todo tipo de filtraciones del agua, con un esfuerzo enorme, porque en la medida que el agua se va contaminando cada vez más el esfuerzo para potabilizarla es cada vez mayor. Entonces están usando químicos en cantidades crecientes para poder potabilizar esa agua que viene cada vez más contaminada. Es como una cadena sin fin. Para poder parar esto y cambiarlo habría que tomar medidas radicales de fondo en el modelo productivo. En las reuniones a las que fuimos estaban presentes la DINAGUA y la Dirección Nacional de Medio Ambiente, y los tipos razonan estrictamente en términos paliativos.
—Eso está reflejado en un documento de once puntos del Ministerio de Medio Ambiente. 
—Exactamente. Entonces ves que todo va por ese lado, por intentar paliar la situación, pero nadie dice prohibir las extensiones cada vez más crecientes de plantaciones de soja por ejemplo. Entonces en la medida en que no se toca la soja, en que no se toca la intensiva producción de los feed lots de la ganadería intensiva a orillas del río Santa Lucía, en que no se cambia el modelo productivo, estamos en un callejón sin salida. Vamos llegando a 1.300.000 hectáreas de soja en todo el país, es una locura. Si no cambiamos esto, si no cambiamos lo de los eucaliptos, si se implanta la megaminería, si el modelo productivo es el de las grandes extensiones, otra que sin solución tiene este proceso.
—¿Más allá de lo paliativo, cuál sería la solución de fondo para limpiar el agua del Santa Lucía? 
—La única alternativa que quedaría es repensar este país desde una soberanía alimentaria, orgánica. Lo mismo le está pasando ahora al río Negro. Por eso para nosotros hay que repensar todo el conjunto de la escala del país en términos productivos. El Colectivo Sauce ha profundizado desde ese punto de vista y apunta a lo que significa el trabajo de la soberanía alimentaria a través de la escala orgánica familiar, repensar el departamento canario y repensar la producción del país con un repoblamiento de la campaña, porque el país está prácticamente vacío en el interior, entonces nosotros creemos que tenemos que trabajarlo en una perspectiva de que el uruguayo vuelva a sentir que hay que trabajar la tierra, de manera orgánica, de manera amigable, y que el estado apoye, que es lo que no ha hecho ni Colonización ni el MGAP, en planes productivos, no se apoya al pequeño productor, lo vivimos nosotros como productores rurales, estamos abandonados a nuestra suerte, por eso las chacras se van abandonando, entonces la única manera de que volvamos a lo que fue un agua cristalina en el Uruguay sería repensar el modelo productivo a la escala de una producción familiar manejada por el pequeño productor apoyado directamente desde el estado. Pero eso es otro país.
—Ahí también juegan un rol importante los agrotóxicos. ¿A qué nivel se manejan los agrotóxicos? 
—Uno de los casos extremos de contaminación por agrotóxicos fue cuando en una escuela de Paysandú, en Guichón, que poco menos que las avionetas llegaban fumigando hasta las casas que estaban al borde de las plantaciones, veían cómo de a poquito surgían las enfermedades, y la contaminación ambiental tuvo un grado donde en el ambiente que se respiraba estaba a más del 60 por ciento. Lo que todavía no hemos logrado implantar en la conciencia de la gente es ver -que eso también se lo propusimos a Carlos Pose cuando vino al Colectivo Sauce- qué relación directa hay entre las fumigaciones de agrotóxicos para la soja por ejemplo con las enfermedades concretas.
—¿Cuánto nos afecta el consumo de productos transgénicos? 
—Toda la alimentación no orgánica está destruida por procedimientos químico-fisiológicos que significan ir contra la naturaleza del organismo. Eso demuestra que el tipo de alimento que ha producido esta sociedad está contaminado en sus orígenes. La manipulación genética responde a una lógica del capital trasnacional, de la semilla digitada por multinacionales como Monsanto, de procesos de escala gigante donde es una multinacional la que digita las hectáreas de soja que hay plantadas, a cuenta de entender que es un proceso económico global el uso de la tierra, el manejo de los químicos, el manejo de las semillas, en función de multinacionales. Y nosotros no hemos rescatado nuestra propia cultura.
—¿Qué ganadería tenemos a partir de todos estos influjos? 
—Fijate el ejemplo de la vaca loca y ahí tenés una respuesta.
—Tomando en cuenta tu posicionamiento crítico de la situación actual, mañana por un milagro no religioso aparecés ejerciendo como ministro de ganadería y agricultura. Contame tu plan de gobierno. 
—Si yo tuviera que ser ministro hoy de ganadería, agricultura y pesca iría por el lado de una profundísima reforma agraria, para la que se necesita también una reforma de cultura, de cabeza. Entonces propondría un país que tuviera un estado de cara al pequeño productor familiar, con la posibilidad de darle los medios financieros, técnicos y colectivos de apoyo a su gestión, que estimule y promueva de a poco procesos colectivos y sociales. Si toda esa gente estuviera pensada en una perspectiva de retorno a la tierra yo creo que ahí sí sería ministro de ganadería, agricultura y pesca. Sino no.

MÁS BASURA: Álvaro Pocecco nos hizo llegar esta foto de un basural ex tendido unos 300 metros, a 1,5 km. de la zona urbana, rumbo a Las Brujas, indicándonos: “Encontré, como verás en la foto, dos ovejas muertas, una de ellas arriba del camino, lo que además genera un hedor a putrefacción muy fuerte. También existen otros basureros como este, un poco más chicos tal vez, uno cerca de la Escuela 4 rumbo al Parador Tajes, próximo al Camino de las Escribanas, al norte del pueblo hay otro, y por último en Camino Juan Pedro López, en Echeverría, se están tomando la costumbre de volcar todo tipo de basura a orillas de ese transitado camino que va a Canelones”. —¿A quién le corresponde controlar/castigar estos hábitos? ¿A nadie?—


De la Asamblea por el Agua del Santa Lucía

Agradecemos a nuestro amigo personal Carlos Dárdano el envío de este primer acercamiento a la Asamblea por el Agua del Río Santa Lucía, a cuenta de otros varios trabajos que nos hicieran llegar y que no publicamos ahora por falta de espacio. Con Carlos nos une además la militancia en la red mundial de radios AMARC, en su caso como integrante del Colectivo Espika, de Santa Lucía.

 

¿Por qué nos importa? 
La cuenca del río Santa Lucía es de importancia estratégica para la sociedad uruguaya, ya que es la principal fuente de abastecimiento hídrico, provee de agua potable al 60 por ciento de la población del país. En la sub cuenca del río Santa Lucía Chico se localiza la reserva de Severino, con un embalse para el control del caudal que se destina para abastecer a la planta purificadora de OSE de Aguas Corrientes. El  principal destino del agua purificada es el uso doméstico. En el territorio de esta cuenca se concentra casi la tercera parte de la población rural nacional, que se dedica principalmente a la actividad hortícola, frutícola, vitivinícola, a la cría de aves y cerdos, y a la actividad lechera. En este sentido, es importante que el agua destinada a la actividad productiva y las aguas que salen desde los predios rurales conserven la calidad necesaria para no afectar los otros usos agropecuarios, ya que este territorio es uno de los principales polos de producción de alimentos a escala nacional. Hacia la desembocadura del río Santa Lucía, en la cuenca inferior, se extienden los humedales del río Santa Lucía. Entre las funciones ambientales que cumplen deben destacarse la regulación del sistema hidrológico, la purificación de las aguas, el control de la erosión, el aporte de nutrientes orgánicos y el albergue de aves migratorias. Distintos lugares de esta gran cuenca son utilizados con fines recreativos, como baños, campamentos, actividades turísticas y pesca deportiva por parte de la población, tanto de las comunidades que están a orillas del río como de lugares más alejados. El cuidado del río para el disfrute de la población sin contaminarse es otro motivo más que importante para la conservación del mismo. 
¿Qué está pasando actualmente?
El río se está contaminando desde hace muchos años y hoy en día la principal causa es el tipo y forma de producción realizado en las tierras, que escurren hacia los cursos de agua. Distintos informes aclaran que los principales problemas se deben a la llegada en exceso de nutrientes como Nitrógeno y Fósforo, producto de las fertilizaciones y de la excreta animal. Por otra parte hay contaminación producida por herbicidas, plaguicidas y otros agroquímicos que son aplicados a distintos cultivos de la zona y llegan a los cursos de agua por lluvias fuertes y suelo desnudo. El problema radica en la forma en que se aplican estos productos, cuándo y en qué cantidad. Además, hay métodos naturales que son menos perjudiciales y que generalmente no se usan. A la agricultura se le suman los efluentes de las industrias y tambos de la zona, que por no aplicar los métodos correspondientes de tratamiento de sus desechos terminan llegando al agua y son más contaminantes que los que la normativa permite. Otro factor influyente es la deforestación del monte nativo ribereño, que contribuye naturalmente a que llegue menor cantidad de contaminantes a los cursos de agua, ya que funcionan como “grandes  filtros naturales”, por eso es tan importante su conservación y plantación. 
¿Qué podemos hacer nosotros, los ciudadanos?
Primero saber que existen en la Constitución leyes y normativas al respecto. 
¿Cuáles? 
1. El artículo 47 de la Constitución de la República que fue modificado para bien en el plebiscito del 31 de octubre de 2004 y que dice lo siguiente: “La protección del medio ambiente es de interés general. Las personas deben abstenerse de cualquier acto que cause depredación, destrucción o contaminación graves al medio ambiente. La ley reglamentaria está a disposición y podrá prever sanciones para los transgresores. El agua es un recurso natural esencial para la vida. El acceso al agua potable y el acceso al saneamiento constituyen derechos humanos fundamentales”. 2. Ley Nº 18.610 Política Nacional de Aguas. 3. Código de Aguas. 4.Decreto 253/79 Calidad cursos de agua. 5. Hay más normativa, como: Manejo y uso de sustancias peligrosas como los agrotóxicos, también contamos con la Ley de Ordenamiento Territorial (18.308), así como reglamentos de Evaluación de Impacto Ambiental de distintos establecimientos entre otros. Por lo tanto sólo falta que las hagamos cumplir. Son nuestros derechos. 
La Asamblea participa a través del Colectivo Espika de la Comisión de Gestión de Cuenca establecida en la Constitución. 
Llamanos al 098 783 707 o escribinos al e-mail porelagua@sejuntalagente.org