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¿DE QUÉ SIRVE UN CABILDO?
Para empezar, tendrá razón efectiva de ser en tanto los ciudadanos se involucren y planteen sus problemas, sus dudas y posibles soluciones a cada tema que les interese; de lo contrario sólo resultará una mera instancia de índole burocrático más. El municipio de Los Cerrillos fue creado por la ley 18.653 del 15 de marzo de 2010 (que modifica la 18.567 del 2 de setiembre de 2009), siendo uno de los 100 municipios en que está dividido el país, integrante desde 2013 del Plenario Nacional de Municipios. Este tercer nivel de gobierno es controlado por la Junta Departamental y además debe rendir cuentas a la Intendencia de Canelones, por lo que su autonomía es relativa, sumado esto a que no cuenta con recursos propios, por lo que su independencia económica es también relativa. El artículo 31 de la reglamentación de los municipios establece que los gobiernos municipales elaborarán el Plan Municipal de Desarrollo y el proyecto de Presupuesto Quinquenal previa realización de un Cabildo Abierto convocado y presidido por la alcaldesa en este caso concreto. También establece que el Cabildo Abierto será coordinado con los concejos vecinales del Municipio y participarán integrantes del gobierno municipal, de los concejos vecinales, representantes de las organizaciones sociales, vecinos y vecinas en general. Dicho artículo además afirma que el Cabildo será convocado por lo menos una vez al año a efectos del análisis, seguimiento y propuestas sobre la gestión municipal, así como la toma de decisiones sobre el Presupuesto Participativo que corresponda, pero este punto no ha sido cumplido por las autoridades municipales de Los Cerrillos. Es decir que los Cabildos son espacios de participación donde el gobierno municipal presenta su plan de trabajo y rinde cuentas de lo hecho en el último año, fomentando de esa forma la participación activa de la ciudadanía en la gestión pública y el control de la gestión como forma de ejercer una democracia participativa. Pero un Cabildo Abierto, como decíamos, es -o debe ser- mucho más que ese aspecto meramente burocrático de rendición de cuentas, y este es el punto que más nos interesa, porque si es la Junta Departamental quien debe supervisar la gestión bien poco significará el rol que ocupe la ciudadanía desinformada de todos los aspectos internos de un gobierno y que sólo participa una vez cada cinco años en la elección de los ediles que integrarán esa Junta Departamental fiscalizadora y a través de los cuales se realiza ese contralor. Por tanto, esta es apenas una falsedad de la llamada democracia representativa, donde los ciudadanos durante cinco años no tenemos forma de controlar el desempeño de quienes deben realizar esa tarea de supervisión. Por eso la única manera de darle sentido a la invocada democracia directa resultará de que el ciudadano común haga uso de ese derecho que por ley se le trampea, concurriendo al Cabildo debidamente informado y responsablemente armado de elementos no sólo de control sino también, como en este caso, de denuncia y propuesta. Pero para que ello ocurra debemos trabajar y dejar de lado la improvisación, porque si así no sucede la culpa ya no será de la letra muerta sino de nosotros mismos. Y el cuartito del llanto está demasiado lleno de gente como para sumarle más lamentos por la responsabilidad no asumida. La descentralización política y la participación ciudadana que se proclaman existirán si comenzamos cada uno de nosotros a ser descentralizados y participativos, y de lo contrario no ocurrirá jamás. Por eso es muy importante que todos corramos la bola, invitemos, participemos y nos preparemos para hacer de este Cabildo un antes y un después en Los Cerrillos, con una explosión de ciudadanía que pueda emitir una declaración o no pero que no deje en duda su presencia.
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