Los Cerrillos también suma su crónica roja
CUATREROS, CHORROS Y NARCOS
Siempre escuchamos alguna que otra noticia aislada sobre diversos eventos delictivos en Los Cerrillos, y siempre se nos dijo que ellos estaban a cargo de delincuentes provenientes sobre todo de Montevideo, incluso el juez de Paz los señaló como gente del Cerro que cada dos por tres aparece y delinque en estos pagos, sumado ello a algún hecho de sangre ocurrido el año pasado y a algunos procesamientos por venta de marihuana. Pero en una semana de febrero estos delitos se incrementaron y no estamos en condiciones de asegurar que sólo se trate de gente del Cerro. Robo de caballos, autos, venta de cocaína...
Vecinos de Los Cerrillos nos han comentado que distintos festejos de carnaval que se realizan aquí son fechas especiales para que los delincuentes, que no van disfrazados, concreten sus acciones delictivas, las que en algunos casos incluso contarían con apoyo policial extraterritorial. Como ejemplo, el mes pasado fueron robados por lo menos ocho equinos a los vecinos Penela, Mazza y Pontón, de los cuales una yegua regresó por su cuenta y otro caballo fue hallado atado por su dueño en la ruta 36, posiblemente luego de haber escapado. Según fuentes fidedignas, que nos comprometimos a no revelar, los animales serían vendidos para ser carneados y comercializados como carne vacuna a un frigorífico clandestino existente entre Progreso y Las Piedras, mientras que la policía local no ha obtenido ningún resultado a partir de las denuncias asentadas en la seccional 3ª. A ello también se le suma el hurto de un Renault 12 y de una camioneta Chevrolet Corsa de dentro de un taller mecánico próximo al centro, la última perteneciente al hijo del propietario del taller y el primero a otro vecino que había llevado su auto allí para repararlo. Pero además también se nos informó que a unos dos o tres kilómetros de Los Cerrillos, sobre la ruta 46, una casa completa fue vaciada tras arrancarle las rejas de la ventana, ayudándose para eso con otro vehículo. En tanto, son crecientes los rumores (como las identificaciones) de personas que están vendiendo droga en la ciudad, sobre todo cocaína, destinada a gente de mediano y alto poder adquisitivo, algunos de los cuales estarían bajo permanente vigilancia de Narcóticos de Canelones y Montevideo, sin mayores resultados. Otros informantes presumen que en algunos de estos delitos también estarían involucrados funcionarios policiales sobre todo de la capital. “Estamos acostumbrados a que siempre, cada tres o cuatro meses, llegan de otras localidades, entran en nuestras casas, roban y desaparecen sin dejar rastro” nos expresaban otros cerrillenses, como también ocurrió el año pasado en la Casa de la Cultura. Como decíamos, los resultados de las pericias policiales locales son ineficientes, pero no por eso debemos caer en la propuesta disparatada sugerida por algún jerarca del gobierno de que la sociedad debe estar armada, porque el resultado de poseer un arma puede llegar a ser mucho más peligroso para propios y terceros que el de ser víctimas de cualquier delito. Debemos por tanto permanecer unidos como sociedad, darnos aviso entre nosotros ante cualquier movimiento extraño y de última acudir a la policía, porque también nos consta que muchas veces quienes van a denunciar permanecen retenidos hasta dos horas en aportación de datos que si los tuvieran los darían. El que sigue es el testimonio de uno de los tantos afectados por el robo de caballos, José Penela, que se atrevió a hablar.
“No son de acá”
—¿De dónde te robaron?
—Yo tengo los caballos en la ruta 36, kilómetro 37. Son caballos de andar, caballos de los gurises.
—¿Cuántos tenías antes del robo?
—Siete caballos.
—¿Cuándo ocurrió todo?
—A la una de la mañana del martes de carnaval me llaman diciendo que estaba el alambrado cortado y faltaban tres caballos, la yegua preñada. Después nos enteramos que en Camino de la Redención estaba atado de un árbol uno de esos caballos.. Supuestamente un vecino lo vio que venía disparando y lo ató.
—¿Qué edades tienen los caballos que te robaron?
—Entre cuatro y ocho años, y la potranquita tiene dos meses.
—¿Has sentido de otra gente a la que le haya pasado lo mismo?
—Sí, a Mazza, que vive en el Camino de los Alemanes, le robaron tres caballos, a Pontón que vive al lado le robaron dos, y a algún otro.
—¿Diste parte a la policía?
—Sí, está la denuncia hecha.
—Y no ha surgido ningún dato.
—Nadie sabe nada. Aparte la impotencia de esa invasión que te hacen, que te entran a tu propiedad privada y se llevan lo que quieran. Y no llevaron más porque no pudieron.
—¿Sospechás de gente de acá?
—No, no es gente de acá.
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