martes, 24 de marzo de 2015

Desde aquí se ve
LA UNIÓN HACE LA PUERTA
Hace un año y un mes dedicamos la primera revista a este mismo tema. Hasta este reciente anuncio todo seguía igual, por eso insistimos. Desde una charla informal con diversas sociedades médicas en Canelones, a mediados del año pasado, en la que el asunto fue referenciado muy tangencialmente por el director departamental de salud Carlos Pose, sin ninguna propuesta concreta, el jerarca no parece haber vuelto a ocuparse del mismo, aunque sí ASSE, mientras la policlínica de Los Cerrillos continúa atendiendo a los usuarios durante solamente doce horas diarias, de lunes a viernes de 6 a 18 horas. En paralelo, durante el mismo año usuarios de la policlínica, como también de sociedades médicas privadas, se autoconvocaron en Cabildo Abierto en tres oportunidades, en régimen decreciente de asistentes, llegando en la tercera convocatoria a ser apenas cuatro. La extensa zona a la que debe prestar asistencia la policlínica local comprende unos dos mil usuarios, la enorme mayoría de ellos de clase media baja. ¿Cómo se comprende entonces que el 99,8 por ciento de ellos se hayan desentendido de participar en una convocatoria abierta que fue precisamente citada para procurar mejorar la atención sanitaria de todos? Ello puede explicarse en quienes viven en zonas rurales alejadas, que no cuentan con ningún medio de locomoción ni público ni propio, pero no en los que tienen su domicilio en el sector urbano de Los Cerrillos que, a la vista está, tampoco resolvieron involucrarse en la posible resolución de un problema común o al menos en intentar esa posible solución. Porque sabido es que una Casa de la Cultura colmada por usuarios manifestando su necesidad de mejorar la atención que se ofrece habría calado mucho más profundo en la atención y respuesta de las autoridades departamentales directamente vinculadas al sector, y más aún en año electoral. Una de las peores explicaciones que escuchamos en uno de esos cabildos, pero quizás la más cercana a la realidad, es que la gente pobre toma lo que le dan sin exigir nada más porque ni conciencia tiene de cuáles son sus derechos. Pero hay una tercera posi- bilidad, la más triste: la enorme mayoría de la población, no sólo de Los Cerrillos sino de todo el país, prefiere rehuir al compromiso de involucrarse en la resolución de temáticas comunes, que excedan las vicisitudes propias de su vida intrafamiliar, sea ello por fracasadas experiencias anteriores, por utilización de ellos practicada por agentes que responden a todos los partidos políticos, por simple comodidad, no importa, el resultado es el mismo: cuando no existe un abultado número de población movilizada a las autoridades parece no preocuparles los planteamientos -por demás fundamentados- de tres o cuatro ciudadanos que no se resignan a que la realidad siga siendo un bunker infranqueable e imposible de cambiar. Pero los números, que suelen no desafinar, cantan que ASSE atiende a casi un millón doscientos mil uruguayos y que maneja un presupuesto de más de 700 millones de dólares, pero que en diciembre de 2013 se abortó la posibilidad de firmar un convenio de puerta única con COMECA para atender a dos mil usuarios de la región porque para ello debía invertir 180 mil pesos mensuales, lo que se traduce en que para el estado el bienestar de los más desposeídos cuesta menos de 90 pesos por mes. Hoy, a quince meses del cierre de aquel diálogo inconcluso, parece que existe alguna fuerte posibilidad de solución, según nos han manifestado las fuentes consultadas, aunque de ello la población de Los Cerrillos no tiene ningún conocimiento. Por eso nos reuniremos los vecinos y ASSE en Cabildo Abierto a la hora 19 del próximo 17 de abril en la Casa de la Cultura, porque este es nuestro derecho.

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