Con Yamila Said, militante del Frente Amplio
TRANSFORMAR DESDE LOS JÓVENES
Como el tema político suele despertar muchas susceptibilidades en mucha gente vale aclarar, promediando el abordaje del mismo, que el orden en que editamos las entrevistas es el surgido de la cantidad de votos recibidos por cada partido. Por tal razón ubicamos en primer lugar a un militante activo del Partido Nacional, en segundo lugar a una del Frente Amplio y en tercer término a uno del Partido Colorado. Otra de las cuestiones a aclarar por transparencia debida es que ningún entrevistado fue elegido al azar. En tal sentido, para hablar con Néstor Tomeo consulté la opinión del único exmilitante colorado que conozco a partir del trabajo radial, Diego Merlo; para entrevistar a Mario Sanabia le pregunté a la alcaldesa Rosa Imoda sobre algún joven militante blanco que me pudiera citar; y en el presente caso de Yamila Said fue por relación directa con ella, debido a que durante un breve tiempo estuvo a cargo de la publicidad de esta revista. Y en este caso de referencia, como ya relaté alguna anécdota sobre el secretario de Lacalle Pou, mi historia personal con el Frente Amplio nació hace treinta años y se extendió por veinte, razón por la cual no cabe extenderme en relatar ningún episodio transcurrido en el pasado en ese aspecto. Sí tengo muchas anécdotas de entrevistas realizadas a prácticamente todos los políticos, incluídos por supuesto los frenteamplistas de ayer y de hoy. Así discutí cordialmente con Danilo Astori en varias oportunidades cuando se proponía la privatización de ANCAP, así conocí las distintas etapas incluso estéticas de Raúl Sendic hijo, así me interioricé durante la militancia del verdadero perfil de José Mujica, así coincidí más con Chifflet que con Gargano, así luego fuimos amigos con Sarthou y así la lista siguió, pero a quien jamás logré conocer en cercanía, porque tampoco jamás aceptó una sola entrevista personal, es al nuevamente candidato a la presidencia Tabaré Vázquez. Yamila tiene 19 años y llegó del Chuy hace 6. En las internas se presentó en el cuarto lugar de la lista 73730 para el Deliberativo Departamental, integrada exclusivamente por militantes de Los Cerrillos y Aguas Corrientes. Su preocupación fundamental es todo lo relacionado con el trabajo social y su base política más importante está en el tema relaciones internacionales, ya que además cursa licenciatura en estudios internacionales. Café de por medio realizamos la siguiente entrevista.
—¿Por qué resolviste empezar a militar en política y por qué en el Frente Amplio?
—En 2012, cuando las elecciones internas, yo ya estaba afiliada a la CAP-L. Milito en el Frente porque las concepciones que tiene el FA, cómo entiende la política y las obras sociales, son la misma ideología que tengo yo. Militar acá en Cerrillos en política es relativamente nuevo para mí y la forma en que llegué a la CAP-L es porque en realidad ya somos un grupo de amigos y la CAP fue el sector que se nos acercó y brindó ese espacio que nosotros buscábamos dentro de la política, que es el hecho de poder llegar a tener una lista con gente como nosotros, no que vos tengas que militar veinte años para poder ingresar a una lista y poder decir lo que vos pensás.
—¿Es la única lista del FA integrada solamente por gente de Los Cerrillos?
—Sí, Cerrillos-Aguas Corrientes. Es el único sector que hizo listas dentro del Frente descentralizadas en ese sentido. Y también fue porque nosotros desde hace muchos años venimos haciendo cosas juntos y somos un grupo que ya nos conocemos, entonces partir hacia la política no nos resultó tan novedoso, porque ya veníamos indirectamente haciendo política.
—Sí, Cerrillos-Aguas Corrientes. Es el único sector que hizo listas dentro del Frente descentralizadas en ese sentido. Y también fue porque nosotros desde hace muchos años venimos haciendo cosas juntos y somos un grupo que ya nos conocemos, entonces partir hacia la política no nos resultó tan novedoso, porque ya veníamos indirectamente haciendo política.
—¿En qué estaban integrados antes?
—Con Analía (Lemaire) en el diarito Embale, desde fines de 2009 hasta mediados de 2011. La primera vez que estuve en un proyecto social fue en 2009, cuando el INJU sacaba el Arrimate, y con otra gente hicimos un proyecto para arrimar el deporte a las escuelas rurales. Después estuve en Kolping, y al ser Cerrillos un pueblo tan chico uno se va vinculando con gente que está en la misma, haciendo cosas. Y Rodrigo Roncio (convencional electo) también estuvo siempre vinculado, más desde marzo de 2011 con los Cabildos Jóvenes.
—¿Formás o formaste parte del Cabildo Joven?
—¿Formás o formaste parte del Cabildo Joven?
—No orgánicamente.
—¿Encontrás mucha gente que trabaje en política en Los Cerrillos?
—Sí, hay pila de gente que yo conocía de vista y que ni sabía que estaba militando para el FA por ejemplo, y que ahora al estar militando las he encontrado repartiendo listas o juntándonos en el comité que acabamos de abrir.
—¿Y de otros partidos?
—Sí, conozco blancos, colorados no.
—¿Se puede decir que Los Cerrillos sea un pueblo politizado?
—A mi parecer no. Pero por ejemplo en proyectos sociales con la gente que me he encontrado son frentistas, no recuerdo alguno que sea colorado o blanco, después como que no he visto… Yo soy relativamente nueva en este pueblo, hace seis años que estoy.
—En la vida sos relativamente nueva.
—En la vida sos relativamente nueva.
—Sí, en la vida, pero en el pueblo también. Elecciones nacionales vi sólo una acá. —¿Cómo te pega la gente de los demás partidos? ¿Cómo la ves?, ¿como un contrincante, como un rival, como un enemigo, como un compañero?
—No, no. La sociedad se fracciona por ideologías políticas, entonces si quienes estamos dentro de los partidos también nos fraccionamos las políticas no se pueden llevar a cabo. Si vos estás en un pueblo chiquito y tenés gente, como algunos muchachos de la lista de Lacalle Pou que conocí en las internas, que también siguen una ideología de descentralización y tienen ideas en común, y vos te desaliás sólo porque son blancos, caés en las riñas de los viejos. Yo creo que los jóvenes hoy por hoy tenemos que ir con la idea de unir, unirnos como FA y unirnos con partidos con los cuales quizás no concordemosen un cien por ciento pero podamos entablar una conversación. Si vos ya desde el principio decís “no te hablo porque sos blanco o colorado”, cómo querés llevar una política a la sociedad que sea efectiva, si la sociedad misma ya está dividida por ideologías.
—¿O sea que tu ideal sería llegar a una sociedad sin partidos políticos?
—No. Si vos tenés una sociedad sin partidos políticos priorizás en una anarquía o en una forma de autoritarismo, que no sería lo adecuado, porque un país autoritario o un país anárquico son extremos que realmente no me gustarían, para mí lo mejor es la democracia.
—¿Cómo sería trabajar unidos con otros partidos entonces?
—En las políticas sociales. Por ejemplo la idea de un Cabildo Abierto que vos planteabas; estoy segurísima que gente que está dentro de los blancos o colorados puede llegar a estar de acuerdo con esto, pero si en otros temas la gente no va por el mismo camino es imposible poder llegar a trabajar en conjunto, porque como en todo necesitás dos partes que quieran.
—El Cabildo Abierto no es una iniciativa del Frente Amplio.
—No, claro que no, pero si por ejemplo lo planteara el FA y tenés colorados o blancos que están en desacuerdo sólo porque lo planteó el FA, ahí es donde se ve que necesitás unión. Porque por ejemplo para las elecciones próximas no se ve una mayoría del FA, entonces ahí tenés que negociar con los otros partidos para poder llevar a cabo algo, y es lo mejor quizás. Porque los gobernantes son una élite, y la sociedad es muy amplia, y esa sociedad está fraccionada y se siente representada por esa élite. Si esa élite también se fracciona lo que vos representás es que la sociedad también se tiene que fraccionar, pero si vos hacés que esa élite esté unida la sociedad va a ser más unida.
—¿Y cómo lográs desde abajo unir a las cúpulas?
—Con los jóvenes. Por ejemplo yo estoy en la CAP, mi referente a nivel nacional es Huidobro, pero los viejos se van a ir yendo, y se van a ir yendo también con esas riñas que tienen, y si los jóvenes entramos con la postura de ellos como Huidobro se peleó con el MPP yo no me tendría que hablar con el MPP. Y así con todos los sectores: los de Lacalle no se hablarían con los de Larrañaga porque uno es herrerista y el otro no. Es absurdo.
—¿O sea que para llegar a un socialismo real hay que esperar a que se mueran Mujica y Fernández Huidobro?
—No, porque mientras los viejos no se mueren y los jóvenes vamos entrando ya podemos ir cambiando. Los que tenemos el cambio en nuestras manos somos los que entramos, y los que entramos si partimos con una idea de unión, te lo hablo a nivel del Frente nomás, todos los jóvenes que entramos si lo hacemos con la idea de que pertenecemos a tal sector y como el otro es de la 2121 está todo mal… y no tiene que ser así, porque si nos acercamos al Frente es porque entendemos al hombre de una forma. Si por ejemplo vas a estudiar los paradigmas de las relaciones internacionales, tenés un paradigma realista, otro idealista, tenés el marxista y tenés el globalista. Cualquiera de esos cuatro parten de concepciones distintas del hombre y después desarrollan una teoría, pero en lo primero que se diferencian es en el hombre. El realista dice que el hombre es egoísta y busca su máximo poder, entonces lo lleva a un nivel internacional donde los estados tienen que preocuparse por su estado-nación y si tienen que ir a guerra van a ir a guerra porque lo que ellos buscan es más poder. El globalista cree que los estados se tienen que interrelacionar porque el hombre es un ser que debe interrelacionarse. El marxista tiene una ideología donde el proletariado tiene que dar su revolución y destruir las clases sociales, entonces a partir de esa concepción del hombre se llega a un plano internacional. Y el idealista parte de la ideología de San Agustín, de la sociedad perfecta donde el hombre es solidario y debe compartir, entonces parte de que el mundo internacional debe guiarse por esa perspectiva. O sea que la diferencia es cómo entienden al hombre.
—¿Entonces vos creés que hoy el Frente Amplio en el gobierno está administrando el país lo mejor que puede en la medida de lo posible?
—Las políticas que lleva hoy el Frente a mí me gustan, pero después están las personas que llevan adelante esas políticas. El partido tiene una ideología, después tenés a las personas que tratan de llevar a cabo esa ideología, que pueden algunas desviarse, actuar según la ideología del Frente o no. Aparte el Frente es amplio porque tiene cada sector que a su vez se subdivide en diferentes sectores. Yo creo que la división del FA se da en cómo llevar a cabo esa ideología, pero en realidad la concepción del hombre es la misma.
—¿Qué cosas le cambiarías a la administración de gobierno del Frente Amplio?, de lo hecho o de lo no hecho.
—Yo no sé si le cambiaría. Obviamente el Frente ha cometido errores, pero como comete cualquier persona, uno en la vida.
—¿Qué errores?
—Por ejemplo hay mucha gente que critica cuando se dio el plan de emergencia. Pero hay que tener en cuenta que el país sí estaba en emergencia en ese momento. Vos no podés levantar una sociedad con hambre o sin educación, entonces en ese momento se decidió darle dinero, se copió la política que utilizó Lula, pero después se fue progresando en esa política. Antes quizás no se tenía tan regulado el tema de que el niño asistiera a la educación, y hoy por hoy sí se tiene muy regulado. Y hay cosas que van más allá de lo nacional. Yo entiendo a las relaciones internacionales como un sistema, que es un paradigma moderno de ver a las relaciones internacionales, y los países están dentro de ese sistema, que es un marco regulotorio. El tamaño que tienen esos países es dependiendo de su población, de su territorio y de su economía. Esos tres factores inciden en el lugar que ocupa cada país en el sistema. Uruguay es un país chico, tanto en población como en territorio como en economía, entonces es lógico que las políticas internacionales que se llevan a cabo por las potencias inciden sobre nosotros, como por ejemplo esto de la megaminería, el proyecto Aratirí-Zamin Ferrous. Se está materializando hoy en el gobierno del Frente, pero es una idea que viene de 1984. Entonces atacar al Frente porque está materializando Aratirí sería erróneo. —Pero es una decisión de estado de parte del Frente también.
—No, Aratirí viene de antes, Aratirí se iba a hacer, se va a hacer.
—O sea que el Frente Amplio lo va a hacer pero con culpa.
—Hay sectores dentro del Frente que están de acuerdo y sectores que están en desacuerdo, pero hay cosas que uno como gobierno chico no puede luchar, que en el sistema en el que vivimos lamentablemente no podés ir en contra. Entonces por más que el Frente dijera no, Aratirí se iba a hacer. O, por ejemplo, del puerto de aguas profundas no se está hablando desde ahora, hace diez años que se está hablando. Son cosas de antes que no son por un gobierno, son para el resto de la historia del Uruguay. Yo lo critico mucho porque realmente estoy en contra de la megaminería, porque para mí la megaminería es como una prostitución; yo mujer necesito un celular, me sale 5000 pesos, voy a prostituirme y con toda seguridad lo consigo más fácil, o puedo trabajar, desgastarme de otra forma y coprar ese celular, pero seguramente me va a llevar más tiempo. La plata que va a traer Zamin Ferrous a nosotros nos sirve porque necesitamos infraestructura, muchísimas cosas para mejorar nuestro país, pero este déficit en infraestructura no viene de ahora, viene desde hace cincuenta o sesenta años. Las carreteras hace sesenta años que no se arreglan, la OSE hace cien años, entonces es como pretender muchísimo pedirle al FA que en diez años pueda arreglar todas las cosas, pero creo que ha llevado un buen rumbo, y se necesita más. Y hoy o mañana si gana otro partido espero que se continúe con las políticas que se han llevado a cabo, porque en América Latina hay como una concepción de cambio de gobierno y cambio de política, y por algo ves que Estados Unidos mismo no cambia si gana un republicano o un demócrata, porque tiene su programa de cincuenta años en adelante y gane quien gane lo va a seguir.
—El ciudadano común es muy difícil que quiera cambios profundos como los que planteaban los principios fundacionales del FA en 1971, que no se están cumpliendo. ¿Vos entendés que el FA no lo ha hecho para estar a la altura del ciudadano común que no quiere esos cambios profundos?
—¿Vos decís implementar por ejemplo un comunismo acá?
—No planteaba un comunismo el Frente Amplio en el ’71.
—Bueno, un socialismo, ¿no?
—Sí.
—Nuestro país es una república, tiene una democracia establecida, entonces por más que vos tengas hoy en el poder a un gobierno que pueda llegar a tener una ideología socialista está regularizado por un sistema que no se lo va a permitir llevar a cabo. El Frente no puede decir “bueno, estatizo todo”, porque hay normas jurídicas que no le permitirían llevar a cabo eso. Y yo prefiero eso, porque es como Mujica decía la otra vez, hay pila de cosas que las normas o la burocracia no le han permitido hacer, y está bien que no se lo hayan permitido, él mismo lo decía, porque esas son las mismas normas que hoy o mañana si viene un gobierno autoritario tampoco se lo va a permitir, son garantías para el ciudadano, y a mi parecer está bien que sea así, porque por eso es una democracia. Yo primo la democracia, creo que es el mejor de los males.
—El mal menor.
—Ahí va, es el mal menor. Y si vos vas con una idea de llevar adelante toda la ideología del FA, o un blanco toda la ideología del PN, o un colorado toda la ideología del PC, te convertís en un gobierno autoritario, porque creés que eso es lo mejor y como es lo mejor lo voy a hacer, y no tenés la autoridad, y está bien que no la tengas, de llevar adelante todo lo que vos creés que es mejor.
—¿Cómo evaluás la baja votación, que no llegó a un 40%?
—Uruguay en los índices es altísimo. En Brasil creo que no se llegó a un 20% en las últimas. En Europa las últimas para el Parlamento Europeo también anduvieron en un 30 y pico o 40%. En todo el mundo pasa lo mismo. Obviamente lo ideal sería que un 90% participara, que ese 10% sean viejos que no se pueden levantar de la cama, pero es normal que pase eso porque no todo el mundo… Hay muchas personas que están descreídas de la política, o que no les importa la política, y vos tenés que respetarlas, porque si no las respetás se te cae al piso tu discurso.
—¿Cómo interpretás tantas decenas de miles de votos en blanco cuando era una votación no obligatoria?
—Te digo como un pensamiento de acá de Cerrilos nomás, que me pasó encontrar gente que fue a votar porque tenía que ir a votar, porque había quedado en que iba a votar o porque le dije- ron que fuera a votar, para que la vieran, y dentro del cuarto oscuro andá a saber qué puso.
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